Han pasado 18 años desde uno de los partidos más importantes de la historia del Celta en una temporada que fue, también, de las más decepcionantes de su historia. Un gol de José Ignacio le daba al equipo celeste la victoria en San Siro contra el Milan con el que lograban la clasificación para octavos de final.
La temporada 2003-2004 era en la que, por primera vez, el Celta disputaría la máxima competición continental, la Champions League. El equipo entrenado por Miguel Ángel Lotina se tendría que ver las caras en la fase de grupos con Milan, Ajax y Brujas, después de ganar en la fase previa al Slavia de Praga.
Aquel 9 de diciembre de 2003, el Celta llegaba a San Siro con el agua al cuello. En Liga ocupaba un preocupante decimoséptimo puesto, empatado a puntos con la Real Sociedad, decimoctavo; en Champions, no dependía de sí mismo, tenía que ganar al Milan y esperar al resultado del Ajax, que jugaba en casa del Brujas.
El equipo rossonero, entrenado por Carlo Ancelotti, sacó un once de circunstancias, ya clasificado en primera posición y con la Intercontinental a la vuelta de la esquina. A pesar de ello, se puso por delante con un gol de Kaká. Jesuli empató solo dos minutos después, y con el empate se llegó al descanso. El empate a un gol también era el resultado en el partido al que el Celta miraba de reojo.
En el minuto 71, un centro de Luccin encontró solo a José Ignacio al borde del área pequeña. El riojano lanzó una patada al aire pero quiso la suerte que el balón se quedase a sus pies, ante la pasividad de la defensa milanista. En el segundo remate, acertó. El Celta anotaba el 1-2 ante la atónita mirada de Abbiati, portero del Milan, que pedía un fuera de juego inexistente. En Bruselas, un tanto de Saeternes le daba la victoria al Brujas y el equipo celeste ratificaba su histórico pase a los octavos de final de la Champions.
A pesar del hito, pocas alegrías dio esa temporada. Una derrota en casa contra el Deportivo por 0-5; la llegada de Antic al banquillo celeste, que ocupó durante 70 días; la eliminación de la Champions a manos del Arsenal; y el descenso a Segunda División.