Primero, el estado de forma de Iván Villar, y segundo, la mala suerte, han desembocado en una rescisión del contrato de mutuo acuerdo entre el Celta de Vigo y el portero Diego Alves.
El guardameta brasileño llegó a principios de febrero para ocupar la ficha de Marchesín, lesionado de gravedad, tras quedar libre de su compromiso con el Flamengo, donde militaba desde 2017. Llegó para disputarle la titularidad al canterano Villar, pero lo cierto es que no ha tenido ninguna oportunidad.
El de Aldán, titular por necesidad, se hizo fuerte en la portería del Celta, llegando a lograr el récord de imbatibilidad de las últimas dos décadas celestes, mientras Alves se ponía en forma. La mala suerte quiso que también se lesionase de gravedad en la rodilla derecha.
"El club quiere agradecer a Diego su implicación y dedicación en estos meses además de desearle toda la suerte en sus nuevos retos profesionales y una pronta recuperación de su lesión", ha expresado el Celta en un comunicado tras acordar la rescisión de su contrato.
Diego Alves, de 37 años, se marcha tras 66 días en Vigo y ningún minuto disputado con la celeste en su corto paso por el club.