Cuatro partidos en Balaídos en la temporada del Centenario y el Celta continúa sin lograr una victoria y sin anotar ningún gol, al menos de un jugador con la camiseta celeste. Esta vez, el Alavés, con un once de rotación, se marcó un tanto en propia puerta, remontó ante diez por expulsión de De la Torre y pudo dejar al equipo de Rafa Benítez con otro partido en casa sin puntos para el casillero.

Tras guardar un minuto de silencio en memoria de Elías Alonso Riego, Pepe Lemos y Pepe Domingo Castaño, el encuentro comenzó con un intercambio de golpes, con Fran Beltrán y Mingueza sin afinar la puntería y con los vitorianos amenazando a Iván Villar, que a pesar de su buena actuación sumó un partido más sin dejar la portería a cero.

La suerte se puso de cara para el Celta cuando Rafa Marín cedió desde casi el mediocampo el balón al portero pero el balón nunca llegó a los pies de Sivera y se introdujo en la portería alavesista. El primer tanto en Balaídos esta temporada a favor del Celta, y no anulado por el VAR, llegaba del clamoroso error de un jugador rival.

En cuanto salió del noqueo, el Alavés se enfiló hacia la portería de Villar pero llegó el descanso con un victoria celeste basada más en la fortuna que en juego y ocasiones. Al reanudarse la segunda parte, el portero celeste volvió a aparecer para detener una falta lanzada por Hagi, el hijo del ex futbolista de Madrid y Barcelona como antesala del fatal desenlace.

Expulsión de De la Torre y empate del Alavés

Primero, carrusel de cambios de Benítez, que sacó del campo a Larsen, Aspas y Beltrán para dar entrada a Carles Pérez, Douvikas y Tapia en siete minutos; después, la expulsión por doble cartulina de Luca de la Torre y, cinco minutos después, Samu Omorodion empataba el partido tras empujar a la red un pase de Javi López.

A partir del tanto vitoriano, el Celta, con un jugador menos, buscó mantener el empate, al tiempo que el equipo entrenador por Luis García Plaza se dedicó a buscar la victoria contra 10. Pero la falta de puntería e Iván Villar dejaron las cosas como estaban y que permiten al Celta salir de Balaídos con un punto casi milagroso entre los silbidos de la afición y con el Alavés reclamando un penalti en el último minuto.