Hace un poco más de año, Carlos Carvalhal afrontaba su segundo partido como técnico del Celta en Vallecas. El equipo se encontraba en plena crisis de juego y resultados y lograba un empate a cero que, en aquellos momentos, sabía a gloria. 13 meses después, de nuevo un empate sin goles deja un sabor amargo.
Benítez planteó un partido sin Aspas y agarrándose a que Douvikas repitiese el papel goleador de la Copa, la idea era la de cerrarse atrás y tratar de salir a la contra, buscando sorprender a un Rayo Vallecano que en casa sólo había logrado una victoria y que sólo un vez había dejado la puerta a cero.
Pero tanto la presión como el trabajo defensivo quedó oculto ante las intervenciones de Guaita y los fallos de los franjirrojos; Raúl de Tomás no fue capaz de superar al potero céltico e Isi tenía el punto de mira desviado. En ataque, el Celta era casi inexistente y resistía en el verde por la omnipresencia de Tapia y los cortes de Starfelt.
Beltrán, extraño protagonista
Lo aburrido y anodino del encuentro dejó poco para la historia. Aspas salió al campo por el griego sin pena ni gloria y Fran Beltrán vivió uno de esos momentos que marcan la situación de un equipo: el ex del Rayo, que regresaba a su casa, sufría una dura entrada de Cissé tras entrar desde el banquillo; mientras Luca de la Torre exhalaba sus últimos alientos en banda derecha, Benítez decidió regresar a Beltrán al banquillo para dar entrada a Dotor, ante la mirada atónita del madrileño, al que se le leía en los labios un "estoy bien".
"El jugador quería seguir, pero nosotros tomamos la decisión porque le veíamos cojear", explicó Benítez en rueda de prensa. Lo cierto es que su ausencia y la presencia de Dotor apenas tuvo mayor incidencia en el encuentro, que remató con 0-0, lo que supone el tercer empate consecutivo del Celta, el cuarto de los últimos cinco partidos y el segundo partido sin encajar un gol en Liga. Estadísticas que, por el momento, no sacan del pozo al Celta, que se queda a 3 puntos de Granada y Sevilla, este último con un partido menos.
Los nazaríes son los próximos rivales: el sábado a las 14:00 horas visitan Balaídos en la que parece una ocasión ideal, y casi definitiva, para poder salir del descenso antes del parón de Liga por Navidad.