La nueva presidenta del Celta, Marián Mouriño, ha concedido su primera entrevista a los medios del club, en el que ha vuelto a incidir en la importancia de "las raíces" y de recuperar "la paz social con todos" para que el equipo siga creciendo.
Ataviada con una cazadora bomber de la línea retro que ha lanzado con la marca Coolingans, la máxima dirigente ha confesado ser "celtista de cuna", porque "el Celta siempre estaba ahí, en el biberón o en el chupete" y seguir el día a día del equipo desde México le acercaba "a la tierra donde no podías vivir". Eso sí, la manera de entender ese celtismo se completó cuando conoció a su actual marido, el empresario Miguel Álvarez, que forma parte del nuevo Consejo de Administración, que le enseñó "un celtismo de barrio".
"Él creció en Fragoso y me contaba historias de cómo iba a la Casa da Xuventude a por entradas, como su tío lo llevaba al estadio, el recuerdo de entrar en el estadio y ver las banderas", rememora. De hecho, reconoce que en su primera cita la llevó a un partido del Celta.
Marián Mouriño ha vuelto a incidir en la importancia de las raíces "muy fuertes" del club, algo que hace a los aficionados "auténticos" y de las que hay que sentirse "orgullosos". Un sentimiento que le genera una gran responsabilidad "porque tienes los sentimientos y colores, las angustias y alegrías de mucha gente dependiendo de ti". En el partido ante el Barcelona en el que el Celta logró la salvación de la temporada fue consciente de todo aquello viendo a la afición acompañando al autobús del equipo por Fragoso. "Ese fue el primer día que dije ‘uf'", reconoce.
Primera etapa para "descubrir el celtismo de aquí"
En su primera etapa, hace 17 años, llevó el marketing del club recién llegado su padre, Carlos Mouriño, a la presidencia, que "lograba alcanzar su sueño". Pero se encontraron con un club "muy complicado a nivel económico", aunque a ella le sirvió para "descubrir el celtismo de aquí" a través de las reuniones que mantuvo con peñas, periodistas y gente vinculada al club.
Ahora ejercerá como presidenta, un puesto al que llegó "más rápido de lo previsto" tras darle el relevo su padre después de una temporada "muy complicada" en la que logró la permanencia en el último partido. "Si estamos unidos se pueden hacer cosas", ha reivindicado como el camino a seguir, además de la "cercanía, la sencillez y la transparencia" a la hora de trabajar para ganarse "la confianza". "Sentimos todos lo mismo porque somos celtistas, es lo que nos une; me preocupo y entiendo a los aficionados", ha sentenciado.
Sobre su proyecto para el Celta, ha destacado a la cantera como "pilar" para mantener la identidad y llegar a toda la comunidad, incluidos otros equipos con los que llegar a acuerdos. Un proyecto deportivo que lo marcan tres letras: DRO: el desarrollo deportivo, un objetivo a medio-largo plazo referido a la cantera; un rendimiento inmediato en el campo a través de servicios avanzados de medicina deportiva; y las operaciones, donde incluye viajes, la logística y el trato al futbolista para que esté lo mejor posible y pueda rendir en el césped. Su idea es dotarlo "con recursos" y crear un "organigrama más amplio", en el que crezcan áreas como el scouting y el análisis de datos para lograr resultados y que cada euro ganado "se destine a ser más competitivos".
En esta línea, ha resaltado la importancia de que el club mantenga una estructura que esté por encima de las personas, para que el que venga "sea capaz de liderar todo el proyecto de abajo a arriba" y que "dote de sus conocimientos al club".
Mensaje a las instituciones
Además, Mouriño ha destacado la importancia de la "estabilidad y confianza" que se logra a través de recuperar "la paz social con todos". Ha puesto el foco en que todo el que trabaje para el club debe pensar "en fútbol" y ha instado a las instituciones a volver a unirse. Para ello, ha hecho mención de la fotografía que en su día se tomaron Alberto Núñez Feijóo, como presidente de la Xunta, Carlos Mouriño, como presidente del Celta, y Abel Caballero, como alcalde de Vigo, en el Pazo de los Escudos.
"No quedarnos en tema político y pensar que todos podemos sacar pecho y decir ‘yo ayude a que el Celta sea más grande'", ha declarado. "Que la foto se repita con nuevas caras pero el mismo objetivo de hacer un Celta más grande".