La Copa del Rey ha dado la primera alegría de la temporada del Centenario del Celta. El equipo de Benítez selló el pase a cuartos de final, a los que no llegaba desde la última temporada de Berizzo, con una victoria en Mestalla ante el Valencia por 1-3.
Sin Iago, sin Larsen y sin Tapia, el técnico madrileño tiró de la segunda unidad, de la que mucho se habló a lo largo de la semana, con el objetivo de contrarrestar al rival con un ojo puesto en el partido del sábado ante la Real Sociedad.
A cambio, Douvikas volvió a demostrar que se merece más minutos, con dos tantos y un partido en el que no paró de generar peligro. También se reivindicó Miguel, que volvió a destacar por banda, haciendo más obvio que actualmente está muy por encima de Carles Pérez. Williot, por su parte, hizo méritos también para que se le tenga más en cuenta.
A pesar del susto inicial con remates de Paulista y Hugo Duro, el Celta con presión alta se hizo con el partido y se adelantaba cuando todavía no se había cumplido el cuarto de hora. Un taconazo de De la Torre tras una salida fallida de Jaume puso el 0-1. Un golazo que dejaba mudo a Mestalla.
Dos minutos después, Diego López cometía un penalti claro sobre Miguel. Douvikas lo convertía con la sangre fría que solo tienen los goleadores y el partido parecía encarrilado. Pero otro penalti, en este caso en el área celeste, cometido de manera infantil por Carlos Domínguez, le devolvió la fe al Valencia.
A partir de ahí, los ches no dejaron de presionar al árbitro, que ya había ido al VAR para sancionar la pena máxima, mientras el Celta trataba de defenderse como gato panza arriba y de aprovechar los huecos de dejaban los de Baraja. Tasos había estado a punto de sentenciar, pero Jaume lo evitó de nuevo. Después, Williot sacaba sobre la línea de gol la última del Valencia de la primera parte.
La tónica no cambió demasiado en el segundo tiempo, con un Valencia que no concretaba sus ocasiones, que no cogían portería. Y en el minuto 80, con el Celta poco a poco más dueño del partido, Douvikas sentenció con un perfecto cabezazo. Otra vez el griego hacía un doblete en Copa.
El resto de minutos fueron un quiero y no puedo de los de Baraja y el Celta celebró por todo lo alto una victoria que le deja en cuartos de final y con el sueño de que la eliminatoria sea en Balaídos.