Balaídos se reencuentra hoy con la Copa del Rey después de cinco años, cuando el rival de esta noche, la Real Sociedad, cortó de manera radical la participación del Celta en la competición en dieciseisavos de final. Este martes, las cosas son diferentes; y es que se juega un todo o nada, a partido único, que dictaminará si al equipo se le permite soñar con algo más que luchar por no descender y terminar la Liga en la zona tranquila en el año de su Centenario.
Una victoria ante la Real, con la que se reencuentra tras la derrota por 0-1 del pasado sábado, dejaría al Celta en semifinales de Copa y a dos partidos de la final en Sevilla, ya que la siguiente eliminatoria se jugará a doble partido.
Hay que remontarse a la temporada 2016-2017, con Berizzo en el banquillo, para encontrar al Celta en unas semifinales de la competición, una temporada en la que se permitió la licencia de soñar, pero en la que las finales se le hicieron prohibitivas. En el caso de la Copa, fue el Alavés el que le impidió seguir adelante. Una temporada antes, también con el argentino como técnico, fue el Sevilla el que pasó al último partido tras una goleada en la ida que hizo imposible la remontada en casa.
Recibimiento a lo grande
Ayer, Rafa Benítez hacía alusión al hecho de jugar en Balaídos y al papel clave que tendrá la afición, que acudirá en masa al estadio y que recibirá al equipo como en las grandes ocasiones. En este caso, no será por Fragoso, tras no recibir los permisos necesarios, por lo que el encuentro entre aficionados y autobús del equipo se hará en la calle Olímpicos.
Sin sorpresas en la convocatoria, el técnico madrileño no quiso avanzar ni el esquema, con cuatro o cinco defensas, ni si repetirá con la "segunda unidad" que tan buenos resultados le dio en Mestalla. Por el momento, parece claro que el griego Douvikas, máximo goleador del equipo y el más certero en Copa, será titular, igual que Iván Villar en la portería.
Desde el club, hacen referencia a la deuda con el Celta de una competición que se le ha resistido a lo largo de su historia, a pesar de haberla rozado con la yema de los dedos en varias ocasiones, especialmente con el EuroCelta de Víctor Fernández, con Mostovoi a la cabeza, que cayó ante el Zaragoza hace casi 23 años.
La deuda que tiene una cita con la historia y con una ciudad, Sevilla, donde se volverá a disputar la final el próximo 6 de abril y con la que el Celta se quiere permitir el lujo de soñar a partir de las 21:30 horas.