El Celta saltaba al césped de Balaídos con el Cádiz soplándole en la nunca tras lograr la victoria en el Pizjuán ante un Sevilla que decidió que no quería ni siquiera competir antes el vecino andaluz. Frente a ellos, el Athletic de Bilbao, sin los Williams en el once pero con una clara disposición a no ser como el equipo hispalense.
En el once celeste llamaron la atención tres ausencias: la de Guaita, la de Aspas y la de Hugo Álvarez; el último había sido una de las piezas angulares de Giráldez desde que llegó al banquillo del primer equipo; el portero, pieza básica de la temporada; y el de Moaña, faro en el juego ofensivo. Tampoco estaba Mingueza, otro de los habituales para el técnico.
La primera parte fue para olvidar. A la nula capacidad del Celta para generar juego, ahogado en una imagen similar a la que dio en Vitoria tres jornadas antes, se sumó la desgracia de Iván Villar, que no reaccionó a tiempo a un córner sacado por Berenguer que se coló de manera directa en su portería.
Era el minuto 22 de la primera parte y hasta los segundos 45 minutos se produjo un fundido a negro sin ocasiones y sin fútbol que ofrecer. En el vestuario, Giraldez afinó el once y dio entrada a Mingueza, Iago Aspas y Hugo Álvarez. A los 4 minutos del segundo tiempo, el catalán puso un centro con la izquierda que Larsen estrelló en la cruceta; era la señal de que el Celta salía con otra actitud.
Hugo Álvarez y la remontada
Lo refrendó Hugo Álvarez. Primero, con una gran jugada por la banda derecha que terminó en el empate de Williot, que parece tocado por los dioses del fútbol para eso de marcar goles. Era el minuto 67 y Balaídos estallaba de júbilo previendo la enésima remontada del equipo de la mano de Giráldez, que se fraguó sólo 3 minutos después.
Aspas y Damián, otro de los destacados en la segunda parte, lanzaron el ataque y el balón lo recibió Hugo Álvarez en campo contrario y con metros por delante. El futbolista ourensano se lanzó contra la defensa del Athletic, remató con la derecha desde fuera del área e hizo estallar de nuevo a Balaídos. El 2-1 sólo peligró en el minuto 90 con un gol anulado a Raúl García por un supuesto empujón a Starfelt y que ni el VAR ni el árbitro quisieron revisar.
Con los 3 puntos, el Celta le pasa la patata caliente al Mallorca, a la espera del partido de Las Palmas. En Balaídos, Giráldez logra su tercera victoria consecutiva y no conoce la derrota; la cita para sellar la permanencia es el domingo a las 19:00 horas en Granada.