El Celta viajó a Granada jugándose su permanencia en Primera División, apretando al máximo los corazones de los fieles celestes en la penúltima jornada de La Liga. Los tres puntos ganados en el Nuevo Los Cármenes han sido la salvación matemática que aleja al equipo vigués de los puestos de descenso y le hace enfrentarse a su último partido, frente al Valencia y en casa, con la tranquilidad de jugar la próxima temporada en la máxima categoría.
"Somos el Celta: hay que sufrir hasta el final". Los seguidores del Celta han tenido que contener el aliento las últimas jornadas para ver cómo su equipo se salvaba del descenso, aunque incluso para esta salvación hubo que esperar ayer más de media hora en Granada. Así lo aseguraba Iago Aspas, que explicaba tras el encuentro que "nos íbamos sintiendo mejor cada minuto que pasaba", tras una primera media hora "un poco espesos". Los goles de Jorgen Strand Larsen y Jonathan Bamba certifican la permanencia matemática para el conjunto celeste.
La "pena", coincide Iago con la afición celeste, "es no habernos ido con una goleada", algo que se marca como deberes pendientes para la próxima temporada: "mejorar en los últimos minutos del encuentro". Ahora el objetivo es rematar la temporada con una victoria en Balaídos frente al Valencia, "para agradecer a la afición su apoyo" y para acabar el año del Centenario con el mejor sabor de boca posible.
La próxima será la decimotercera temporada consecutiva para el Celta en La Liga EA Sports (equivalente a Primera División), la 59º de su historia.