El año del Centenario ha llegado a su fin, y lo ha hecho con una fiesta por todo lo alto que se vivió primero en los alrededores del estadio y, después, en el campo. En lo deportivo, un empate contra el Valencia que, tras la derrota del Sevilla, permite al Celta acabar la temporada en la decimotercera posición.
Desde las 11:00 horas, la explanada de Tribuna se llenó de color celeste, música, gastronomía y actividades para los más pequeños. El cambio de horario tras asegurar la permanencia con la victoria en Granada, regaló a la afición una mañana de domingo tranquila que tenía como broche de oro despedir al equipo de Claudio Giráldez sobre el césped.
El técnico porriñés aprovechó el último once de la temporada para dar minutos a los menos habituales y la alternativa a nuevos canteranos, como Yoel Lago de titular y Javi Rueda que en el minuto 71 sustituyó a Kevin, uno de los que puede abandonar el equipo de cara al próximo año.
A pesar de que el Valencia, con Thierry haciendo estragos, se puso por delante en dos ocasiones, Iago Aspas no quería despedirse del Centenario con una derrota. Anotó de penalti, disparó al palo y regaló una asistencia a Douvikas para cerrar, a casi media hora del final, un encuentro que se vivía en la grada con la paz que no permitió la temporada pasada, jugándose la vida contra el Barcelona.
El final del partido dejó paso a las celebraciones sobre el césped, a reforzar la unión y la comunidad entre equipo y afición y a alabar a Claudio Giráldez, uno de los artífices de una recta final de 10 partidos en la que se recuperó la ilusión y la confianza en el equipo: 17 puntos de 30 disputados, 5 victorias y 2 empates, imbatidos en Balaídos y con 16 goles a favor.
El proyecto de Giráldez partirá de cero a partir de la temporada que viene, aunque para ello todavía queda un largo verano por delante.