Borja Iglesias vuelve a sonreir. Tras un año complicado en lo deportivo, su fichaje por el Celta, club al que regresó esta temporada cedido por el Betis, le ha devuelto su idilio con el gol y se ha hecho con el puesto de titular habitual en el once de Claudio Giráldez.
Ahora, podemos conocer algo más de cómo es la nueva vida del Panda gracias al periodista asturiano Rodrigo Fáez, que ha elegido al compostelano para comenzar una serie de vídeos en los que pasará un día libre con un futbolista.
Iglesias ha vuelto a su ciudad natal, Santiago de Compostela, y se desplaza hasta la ciudad deportiva del Celta para los entrenamientos. En su casa de la capital gallega, donde vive con su perro, dispone de un chef propio que le prepara las comidas adecuadas y sabrosas, como demuestra la crema de puerros y la pasta con mejillones de las que disfrutan durante el vídeo. "Come de todo, pero no le gustan los torreznos de bolsa", apostilla en cocinero.
Toca un día de mucha lluvia en Santiago, por lo que, en lugar del paseo que tenía preparado por la ciudad, toca coger "el coche más top de todo el fútbol europeo", como lo define Fáez: un Seat Panda.
Este clásico, que le regalaron sus amigos, Borja Iglesias asegura que le viene mejor para una ciudad pequeña donde hay poco aparcamiento. "Tengo otro coche para los viajes largos", añade. El viaje en el Panda es para acercarse a la calle San Pedro de Mezonzo, donde está una de las tiendas de cómics señeras de Santiago: Komic.
Allí confiersa su pasión por los cómics, desde Mortadelo y Filemón o 13, Rúe del Percebe, que leía cuando era pequeño, hasta Maus, sobre "ratones nazis". Además, destaca la importancia de tener también obras publicadas en gallego porque "tenemos la suerte de poder disfrutar de la riqueza de las culturas que tienen más de un idioma", que "Hay que cuidarlo, seguir fomentándolo y darle espacio a la gente que lo hace".
Gustos y una camiseta muy valiosa
En el vídeo también revela que es un amante del café y que hizo un curso de barista en Alemania, y qué le gustaría que heredasen de él sus posibles vástagos: la búsqueda de ser mejor cada día; y lo que no, "ser un poco borde, aunque la gente no lo crea", y ser "un poco impaciente".
El santiagués también se confiesa en otros ámbitos, como en que prefiere percebes a la ternera gallega, los tatuajes a las uñas pintadas, Broncano a Pablo Motos, que sobra la violencia que se genera aldededor del fútbol y que, de no ser futbolista, hubiese sido informático.
Entre su colección de camisetas de fútbol, entre 300 y 400, destaca una "manchada" de Messi, con el que se la intercambió al final de un partido. Además, reconoce que su corta estancia en Alemania, en las filas del Leverkusen de Xabi Alonso, fue una etapa de introspección y un retiro que le ayudó a volver "a conectar" con el fútbol.