Con solo 23 años, Desirée Vila ha conseguido un sexto puesto en sus primeros Juegos Paralímpicos, tan solo seis años después de sufrir la lesión que le cambiaría la vida. Su actitud, increíblemente positiva, es la que la ha convertido en un referente para muchos jóvenes y la que ha hecho que sume casi un millón de seguidores en redes sociales.
Todo empezó con una mala caída en un entrenamiento de gimnasia acrobática, que llevaba practicando cuatro años. Desirée, que se define a sí misma como "un culo inquieto", comenzó bailando salsa y bachata siendo muy pequeña, probó el ballet clásico y acabó descubriendo, casi por casualidad, que podría ser una joven promesa de la gimnasia.
Tras caer sobre la rodilla y romperse tibia y peroné, la joven viguesa ingresó en una clínica privada en la que sufrió una isquemia que acabó por comprometer la circulación de su pierna derecha. La negligencia del médico que la trató, que tardó demasiado tiempo en derivarla a un hospital, hizo que tuviesen que amputarle la pierna por encima de la rodilla.
Cuando pudo volver a casa, la deportista cuenta que vivió "un proceso largo y lleno de emociones encontradas", asegura que tuvo miedo e inseguridad, "pero también esperanza y, sobre todo, ganas". "Tenía muchas ganas de aprender, de ver cuál era mi límite y qué tipo de cosas iba a poder hacer con mi prótesis". Una de ellas, por supuesto, era volver a practicar deporte. "El atletismo adaptado llegó un poco de casualidad, porque yo realmente lo que quería era aprender a correr", pues en el primer año tras la operación no había podido hacerlo.
Los vídeos que sus padres subieron a redes durante ese período llamaron la atención de la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Física (FEDDF) y pronto se pusieron en contacto con ella para que empezase a competir. "A partir de ahí ya todo fue rodado", asegura.
Lo único incurable son las ganas de vivir
Su lema vital, la frase que lleva tatuada y que da título a su autobiografía, define a la perfección la personalidad de esta joven deportista: lo único incurable son las ganas de vivir. "Intento ser siempre una persona positiva y afrontar los problemas con fuerza y esperanza, aunque a veces sea difícil", reconoce.
Así escribió su libro , desde la sinceridad y como "un diario en el que iba escribiendo todo aquello que se me pasaba por la cabeza para que mi psicóloga pudiese entenderme y, de alguna forma, ayudar con la terapia". Sin darse cuenta y sin quererlo, esa terapia personal se ha convertido también en una ayuda para los demás. "No es un libro de motivación en plan Mr. Wonderful, sino que es la voz de una niña asustada a la que le acaba de cambiar la vida", reconoce Desirée.
En otro ejercicio de "autoterapia", la deportista acaba de contar a sus seguidores que padece una patología cardíaca que la ha tenido todo el año muy nerviosa. "Siento que es algo que debía contar para demostrar a mis seguidores que, a pesar de que ha sido un año espectacular y he podido cumplir mi sueño, también ha estado lleno de dificultades". Esas "pequeñas cosas que no mostramos en las redes sociales" son lo que hacen especial a Desirée, que enseña a todo el mundo que las redes no siempre muestran toda la realidad y que detrás de las cámaras hay personas que también pasan por malos momentos.
"Para mí, abrirme y transmitir estos miedos con mi comunidad también me ayuda a saber cómo gestionarlos porque recibo muchos mensajes de fuerza, como también hay mucha gente que comparte conmigo sus experiencias". Esta particular forma de "sentirse acompañada" es el modo en el que ha construido su comunidad, siendo absolutamente sincera y muy natural.
Fue precisamente la presentación de su libro en el programa de Movistar+ La Resistencia lo que aumentó su notoriedad. "Me di a conocer sobre todo en el programa y poco a poco fui aumentando mis seguidores al vincularme a la imagen de deportista y, por supuesto, con mi participación de los Juegos". Ahora, con más de 805k seguidores en TikTok y casi 64k en Instagram, reconoce que su trabajo como creadora de contenido es una responsabilidad a la que le gusta dedicar tiempo.
"Está de moda la discapacidad", decía en uno de sus últimos vídeos en TikTok, en el que reconocía que muchas marcas la han contactado recientemente porque las firmas están apostando por la diversidad para buscar embajadores. Además, desde los JJOO han contactado con ella firmas que no están relacionadas con el deporte. Es el caso de Merkal, que ha contado con Desirée para la campaña Caminantes, en la que la joven es imagen de resiliencia y fortaleza.
"Yo siento que tengo bastante facilidad para las redes porque soy una persona abierta y poco vergonzosa y por eso me gusta mucho poder colaborar con marcas", dice.
Deportista paralímpica en menos de seis años
Desde que comenzó a competir, la joven viguesa entrena con el objetivo claro de lograr un buen puesto en unas olimpiadas. "Creo que cualquier deportista que va a unos Juegos sueña y aspira a subirse al pódium", reconoce. También confiesa que ella era consciente de la dificultad de llegar a la medalla en su primera participación, "pero nunca hay que dejar de soñar en grande".
La pandemia y las fuertes medidas implantadas por Tokio para la celebración de los juegos se sumaron a varias jornadas de lluvia y temperaturas muy altas, además del evidente jet lag que sufrieron muchos deportistas y el "cansancio emocional" que viven hasta la competición. "Fui capaz de gestionar la presión, las dificultades añadidas y creo que competí bien, pero siempre piensas que lo pudiste haber hecho mejor", dice Desirée, que no se conforma con su sexto puesto y el consiguiente diploma olímpico.
Desde que volvió, mientras le realizaban pruebas médicas para conocer el alcance de su patología cardíaca, Desirée ha aprovechado para hacer viajes con amigos o sola y ha practicado deportes nuevos como el surf, el snowboard o el patinaje. "Soy bastante culo inquieto, la verdad: no paro y estoy siempre pensando en qué más puedo hacer".
No obstante, con la seguridad de que está físicamente preparada para seguir trabajando en el terreno deportivo, ha vuelto a entrenar con la vista puesta en el mundial que se celebrará en Kobe (Japón) el verano próximo. "A largo plazo, como no, los Juegos de París", asegura, "y esta vez espero poder luchar por la medalla".