El Black Friday, una tradición estadounidense que comenzó a calar en España en la década pasada, ocupa ya casi todo el calendario del mes de noviembre. Tiendas de ropa, decoración, restaurantes o aerolíneas buscan atraer nuevos clientes con descuentos anunciados a bombo y platillo. Por ello era cuestión de tiempo que, liberalización ferroviaria mediante, llegara también a los trenes.
Esta semana Renfe lanzaba su promoción especial del Black Friday a bombo y platillo en redes sociales. La oferta, disponible desde el lunes hasta este viernes 19, contaba con miles de billetes rebajados de precio para viajar en 2022 en trenes AVE, Larga Distancia o Avlo.
Sin embargo, muchos usuarios se encontrarían una desagradable sorpresa al entrar en la web promocional: no había ningún billete para Galicia. Ni Santiago, pese a los anuncios relativos al Xacobeo; ni Ourense, que será la estación central del AVE a partir de diciembre, ni A Coruña o Vigo.
La operadora pública incluía entre sus destinos tanto corredores AVE ya consolidados plenamente, como Sevilla, Málaga y Zaragoza; junto con otros más recientes como Granada.
Incluso se colaría en la lista Pamplona, cuyos Alvia aprovechan la Alta Velocidad solamente hasta Calatayud. Además, la gran mayoría de estas ofertas eran con origen o destino a Madrid.
Una polémica tarificación
Este mismo año, además de la entrada de Ouigo o el lanzamiento de AVLO en el corredor entre Madrid y Barcelona, la política comercial de la compañía sufrió uno de los cambios más significativos de la última década con el nuevo sistema de tarifas.
El revenue management es el modelo seguido por las compañías aéreas desde hace algunos años, especialmente las low cost. Este sistema premia a aquellos viajeros que compran con antelación un vuelo, especialmente en épocas poco demandadas. De esta forma, todos conocemos alguien que ha viajado a Europa por menos de 10 euros; igual que mucha gente opta por el vehículo privado para trayectos planificados a última hora.
En épocas como las Navidades, en las que los precios de volar eran casi prohibitivos dada la alta demanda; muchos ciudadanos se aferraban al tren como medio de transporte idóneo dadas sus tarifas fijas y descuentos. Sin embargo, los gallegos que estrenen el AVE el próximo mes no tendrán, a priori, esa ventaja.
Renfe ya ha dedicado dos artículos en su página web a explicar este nuevo sistema, aunque las quejas de los usuarios se han multiplicado. Solamente el tiempo y el tráfico de pasajeros dirán si esta es la mejor forma de llenar los trenes y maximizar los beneficios.