El estallido de la guerra en Ucrania ha empeorado, si cabe, la grave situación de crisis económica en Europa, sumando ahora la crisis energética global. Esto se traduce en incrementos de precio que todos hemos podido comprobar en las últimas semanas: la gasolina, la electricidad y el gas han disparado sus precios hasta cifras que nunca antes habíamos visto.
Con el miedo (y la seguridad) de que siga empeorando, el Gobierno prepara ya una serie de medidas de ahorro energético que permitirían a los españoles disminuir significativamente sus facturas mensuales. La reducción del uso del coche, la regulación del termostato en las viviendas o incluso reducir la velocidad a la que conducimos podrían suponer, anualmente, un ahorro cercano a los 1.000 euros al año.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Transición Ecológica, anunció el pasado lunes que la semana que viene se harían públicas estas recomendaciones, basadas en un documento de la Agencia Internacional de la Energía, que se centran en un pequeños gestos que se traducirían en algo más de 70 euros de ahorro al mes.
El coche: el gran gasto de los hogares
Si transcribimos estas medidas a nivel gallego, nos vemos obligados a centrarnos en el uso del vehículo como el mayor gasto de los hogares, algo en lo que Ribera hizo hincapié ya en su intervención del pasado lunes. La ministra propone, por ejemplo, reducir la velocidad media de conducción en 10 o 20 km/h, lo que podría suponer un ahorro de entre 60 y 100 euros anuales de combustible.
Si bien esta medida se quedaría, en un principio, en una recomendación, ya se demostró con la obligatoriedad del límite de 110 km/h en las autopistas y autovías que el ahorro para los bolsillos de los conductores era importante. Ahora se propone repetir esta estrategia sin necesidad de aplicar una normativa obligatoria.
Otra de las medidas que propondrá el Ministerio es el uso del coche compartido o, incluso, el fomento del teletrabajo como medida de ahorro de combustible. En el caso de los coruñeses que se desplacen a diario al polígono de Sabón, en Arteixo, por ejemplo, podría reducir el gasto hasta en 120 euros al mes en el caso de los vehículos de gasolina, o de 80 euros al mes si se conduce un coche de gasoil.
En el extremo sur ocurre lo mismo: un vigués que viaje de lunes a viernes a los polígonos de As Gándaras o A Granxa, en O Porriño, puede ahorrarse unos 115 euros al mes si conduce un coche de gasolina; o algo más de 90 euros al mes si su vehículo funciona con gasoil.
Si hablamos de grandes desplazamientos, como pueden ser de Santiago a A Coruña o de Pontevedra a Vigo, el ahorro podría ser de más de 450 euros al mes para los coruñeses y de algo más de 300 para los pontevedreses. A estas rutas, además, habría que sumar el cada vez más elevado coste de los peajes de la AP-9: 7,20 euros de Santiago a A Coruña y 4,15 euros de Pontevedra a Vigo.
Las facturas en el hogar
Otra de las grandes preocupaciones que acompañan a los gallegos desde finales del año pasado es el notable incremento en las facturas de la luz y el gas, que mes a mes ha ido subiendo paulatinamente hasta situarse en cifras inéditas. Si bien la OCU ya advertía hace algunas semanas que el mayor ahorro en la energía pasa por reducir la potencia contratada o incluso cambiar de compañía o de tipo de tarifa, el Gobierno opta por modificar los hábitos de consumo para que el ahorro sea aún mayor.
Así, se habla de, por ejemplo, de regular el termostato tanto en verano como en invierno: según la ministra, mantener la calefacción entre 19 y 21 grados en invierno supone un ahorro del 14% en la factura. Esto se traduciría en una reducción de entre 140 y 210 euros al año en los hogares, un ahorro que para las empresas sería todavía mayor. La reducción del uso del aire acondicionado en verano o subir algún grado la temperatura, aunque no muchos hogares gallegos disponen de estos sistemas, también supondría, como es lógico, un importante ahorro.
Por el momento, Teresa Ribera únicamente ha hablado de sugerencias, aunque insiste en que "hay algunas recomendaciones básicas que son muy importantes" y que estarán presentes en el documento que se apruebe la semana que viene. Como bien decía la ministra de Transición Ecológica, todas las anteriormente citadas son medidas "lógicas" y fáciles de aplicar en cualquier hogar, aunque está claro que el reto del ahorro energético se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en una necesidad que va mucho más allá de las facturas.