Trabajar en un país y vivir en otro distinto tiene sus peculiaridades. No solo por el cambio de idioma, cultura y costumbres que uno experimenta en su día a día a ambos lados de la frontera, sino también por las diferencias en aspectos clave desde el punto de vista laboral y legislativo.
En este sentido, la labor del Eures Transfronterizo y de la Agrupación Europea de Cooperación Transfronteriza (AECT) de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal resulta fundamental.
"Como regla principal, cuando un trabajador vive en Galicia y trabaja en Portugal, o al revés, la empresa que le contrata, salvo excepciones, aplica la legislación laboral del país de trabajo. España y Portugal tienen una legislación laboral muy parecida, pero no es la misma", explica la coordinadora técnica del Eures Transfronterizo GNP, Teresa Ventín.
Uno de los trabajos que se realiza desde el Eures, que se define como una red de cooperación entre la Comisión Europea y los servicios públicos de empleo de los Estados miembros, es comparar con los sindicatos gallegos y portugueses, sector a sector, en qué situación están los trabajadores.
"Cuando identificamos una situación que dificulta la movilidad, nuestro trabajo es señalarla, entrar en contacto con la Administración competente para solucionar esa cuestión y proponerle una solución", destaca Ventín.
Como señala la coordinadora del Eures, que inició su actividad en 1997, "en ocasiones no se trata de obstáculos, sino de diferencias". En este sentido, lo importante es que tanto empleadores como empleados "conozcan esas diferencias, así como sus derechos y sus obligaciones" y puedan elegir.
Cuando nació en Eures, según sostiene Ventín, lo hacía con la vocación de potenciar y de facilitar la movilidad transfronteriza de los trabajadores, algo que se ha mejorado considerablemente en todos estos años de trabajo, aunque aún queden cosas por hacer por mejorar. "Hoy no solo tenemos más legislación sino que esa legislación y los procesos son conocidos, el trabajador y el empleador saben adónde acudir y quien tienen que dar la información la conoce", dice la coordinadora.
Otro de los focos del Eures se halla en la educación y en facilitar que los estudiantes puedan realizar aproximaciones laborales interesantes en el país vecino. "Si tú has conocido el mercado del país vecino durante tu etapa de estudiante, cuando estás más protegido por tus tutores, tanto los del centro de formación como los de la empresa, cuando empiezas a buscar trabajo ya lo haces de una forma más amplia. Los obstáculos que tenemos en la frontera no son solo legales o administrativos sino también el miedo a lo desconocido, y estas prácticas profesionales ayudan muchísimo", subraya Teresa Ventín.
Objetivo: aproximación
Uno de los grandes objetivos de las instituciones que trabajan en la Eurorregión, y en zonas de frontera, es aproximar criterios, situaciones y soluciones, para que el desplazamiento de un lugar a otro sea lo más fácil posible.
A este respecto, el director de la AECT de la Eurorregión Galicia Norte de Portugal, Nuno Almeida, asegura que desde la agrupación que dirige se realiza un trabajo de articulación institucional. "Esta es una casa en la que se encuentran los empresarios de Galicia y de Portugal para acercar posiciones que deben de ser definidas a nivel político después por la Eurorregion, que incluye a los Gobiernos de los dos países".
El directivo recuerda que recientemente se firmaron convenios con la Confederación de Empresarios de Galicia y con la de Empresarios del Minho para analizar las exigencias de los empresarios de ambas regiones y que existan "unas buenas condiciones para operar en la zona transfronteriza". "Ahora vamos a hacer lo mismo con los sindicatos, para que los trabajadores tengan más visibilidad y articular sus reivindicaciones a nivel político e institucional", añade Almeida.
Aunque el trabajo de las instituciones transfronterizas en intensivo y abarca numerosos ámbitos de actuación, desde la AECT de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal aseguran que "a veces las soluciones no llegan rápido, son los Gobiernos quienes tienen que tomar decisiones y se ven como asuntos que suceden lejos de las grandes ciudades y tardan en resolverse", afirma Xosé Lago, subdirector del ente transfronterizo.
Un estatuto propio, más cerca
Uno de los encuentros en los que en los últimos años han ido adquiriendo mayor importancia los asuntos transfronterizos es en la Cumbre Ibérica anual que con los Gobiernos de España y Portugal. "Nuestra intención desde hace unos años es la aprobación de un estatuto para el trabajador transfronterizo, que sea una señal clara de que esta realidad es entendida al más alto nivel político", apunta Nuno Almeida.
Desde la AECT de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal recuerdan que hay varios grupos de trabajo dedicados a este asunto y la intención es que en la próxima cumbre ibérica, que será en octubre, "pueda ser presentado y aprobado".
Xosé Lago, subdirector de la agrupación transfronteriza señala que "en la cumbre del 20 se decidió, a petición nuestra, que se crearía un estatuto para estos profesionales; en el 21 lo que se aprobó es que creaban un grupo de trabajo para trabajar en la creación de un estatuto… Las cosas van lentas", dice.
"Para la cumbre del 22 lo que detectamos es que hay opiniones diferentes en el Gobierno español y en el portugués, en las declaraciones públicas que están dando sobre este asunto. La Xunta de Galicia y la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional del Norte de Portugal (CCDR-N) están trabajando en un documento que se elevará a la Cumbre y en el que una de las peticiones será que se apruebe este estatuto, aunque no tenemos claro que se consiga este año", añade Xosé Lago.
Si bien desde ambas entidades, aseguran que la pandemia ha servido para darle visibilidad a la problemáticas que tienen en ocasiones los trabajadores transfronterizos y la necesidad de otorgarles un marco legal específico que facilite su peculiar situación laboral y de vida.
Hacer visible una realidad
Nuno Almeida, apunta además que este año la Cumbre se celebrará en el norte de Portugal. "Estamos trabajando mucho en ese sentido para aprovechar que los dos gobiernos van a estar cerca de la frontera para darle visibilidad a nuestras reivindicaciones".
Los responsables de las instituciones trasnfronterizas ponen algunos ejemplos curiosos como la guía de circulación que el Gobierno luso tuvo que habilitar. La legislación portuguesa exige a quienes obtienen rendimientos en el país circular con vehículo de matrícula lusa, lo que le ha valido multas a más de un trabajador transfronterizo por desconocimiento.
La vida en la frontera tabién provocó que los pequeños de un colegio portugués se quedaran sin excursión al país vecino ya que, al tener que posponerse por la lluvia, todas las autorizaciones obtenidas (ante notario, todo lo que ello supone) para que los niños pudieran cruzar el Miño, perdieron su validez.
"Nuestra historia se conforma de muchas pequeñas historias, las cosas tienen que resolverse cuanto antes, porque afectan al día a día de las personas", concluye el director de la AECT de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal.