Comprar una isla en plenas Rías Baixas es posible. El portal inmobiliario Pontevedra Terrenos muestra un curioso anuncio que destaca entre las ofertas de fincas o viviendas: la isla de San Clemente, ubicada al sur de la costa de Marín. El municipio gallego de raíces marineras tiene a la venta este pequeño islote por nada más y nada menos que 300.000 euros.

Según informan sus actuales propietarios a este medio, la isla pertenece a la misma familia desde 1918: "Una parte es heredada y la otra comprada a mis tíos, hermanos de mi padre, que ya la habían heredado", explica uno de los dueños.

La isla de San Clemente, también denominada Illote do Santo do Mar, cuenta con una superficie de 3.000 metros cuadrados, de los cuales 40 están ocupados por una casa en ruinas. Esta edificación es la antigua ermita de San Clemente y data de la Edad Media. Se distribuye en una sola planta y, según el anuncio, los antiguos habitantes de Marín celebraban allí una concurrida romería. También se encontraron en la parcela restos de un castro de la Edad de Hierro, como expuso el BNG de Marín, donde se hallaron unos restos de cerámica que se depositaron en la biblioteca de la localidad.

El resto del terreno del islote está clasificado como suelo protegido no urbanizable, cubierto de hierba y un par de pinos. Una parte de la isla está muy próxima a la costa, mientras que el resto está rodeado de arrecife. Concretamente, queda en frente de la playa Santo do Mar y cuando baja la marea, se puede acceder caminando por una lengua de arena. En cuanto a los propietarios, se dice que es parte del patrimonio de una familia de Marín.

El anuncio del islote de San Clemente lleva once meses activo, pero parece que todavía no se ha logrado encontrar un nuevo comprador; tal vez una de las barreras principales sea que está prohibido construir cualquier edificación sobre el terreno. Los propietarios aseguran, no obstante, que "hay personas interesadas" en adquirir el islote, aunque no han querido especificar cuántas ni con qué finalidad lo comprarían.

El revuelo que causó su puesta en venta incluso llevó al BNG a proponer una moción en el Pleno del Concello de Marín el pasado otoño para conseguir que la propiedad fuese de titularidad pública. Tal y como exponía la portavoz nacionalista Lucía Santos, la isla de Santo do Mar "podría convertirse, mediante las acciones necesarias, en un importante reclamo turístico". Sin embargo, la isla continúa expuesta y en busca de propietarios.