La historia de Inés Rodríguez en el mundo de la artesanía creativa empieza con un giro drástico de guión, o dicho de otra forma, con un cambio radical en su estilo de vida: abandonó su puesto de funcionaria en Pontevedra ―y los kilómetros diarios de idas y venidas que ello suponía― para afincarse en la quietud del rural ourensano junto a su familia y sacar adelante un proyecto de innovación artesanal bajo la firma de Rir&Co. El amor y la admiración por el universo artístico han sido una constante en la vida de esta artesana, a pesar de que sus primeros pasos laborales estuvieron enfocados en otras direcciones. "Siempre he hecho paralelamente cursos de diferentes disciplinas. En el caso del textil, estos cursos eran tal vez más profesionales, estaban dados desde un punto de vista antropológico, de recuperación… y esa parte me resultó muy atrayente", relata Inés.
Durante un período de excedencia, pensando en el "tiempo y la vida que se pierde en todos esos trayectos y trayectorias", Inés tomó la valiente decisión de cambiar su rumbo y apostar por un negocio que había empezado a germinar, casi sin darse cuenta, en las entrañas del hogar y la cotidianidad. "Cuando pasaba el tiempo y veía que se iba consolidando la empresa, que ya el trabajo iba creciendo y que ya había cursos de formación en los que yo tenía que impartir, fue ahí cuando me decidí a instalar mi propio taller en Allariz". Desde entonces, la artesanía no sólo ha ganado un miembro más, sino que ha sumado entre sus filas a toda una artista capaz de generar ideas y productos que rompen de lleno con los patrones establecidos. "La artesanía tiene que ir un poco más allá y contener algo dentro, no sólamente repetir un proceso (…) reflejar sobre todo los valores de una cultura, creo que es ahí donde está realmente la diferencia", afirma Inés Rodríguez.
Crear e innovar: de la fibra óptica a la proteína láctea
Desde que inició su actividad en el mundo de innovación artesanal, talento y pasión acompañan a Inés Rodríguez en su camino para crear piezas únicas inspiradas en la tradición textil gallega, en base a técnicas antiguas (como el gorullo o tres primideiras) y el uso de los materiales más disruptivos. De hecho, uno de los proyectos creativos más reconocidos de esta ourensana tiene que ver con un singular tejido tecnológico con fibra óptica que consiguió registrar en su día como nuevo diseño industrial, y que forma parte en la actualidad de la Materioteca de GAIN (Axencia Galega de Innovación). "Vagalume nació de ese pensamiento más tecnológico, de acercar la artesanía al mundo de la domótica y hacer un tejido que pudiese servir para arquitectura", relata Inés.
"Y la fibra de proteína láctea ―otro de los proyectos por los que hoy en día más se conoce a la marca de Rir&Co― paso un poco igual pero pensando más en la sostenibilidad (…) Tardé bastante tiempo en conseguir que me la facilitaran, realizar el producto y que este fuese poco a poco llamando la atención de la gente", agrega. De una búsqueda casual surgió D-Leite, una combinación de tradición y modernidad materializada en mantas para bebés, hechas a mano en el color natural de las fibras ecológicas, a partir de caseína y otras sustancias naturales como la cera de abeja.
Investigar, crear e innovar. Una rutina que Inés Rodríguez realiza a diario desde su taller de Allariz. ¿La herramienta fundamental? Sus telares. Según nos aclara esta artesana creativa, existen "diferentes ligamentos o puntos que son universales, que se utilizan en todas las culturas y todos los tejidos. La particularidad es que en cada zona se han hecho de una forma distinta". Una de las técnicas ancestrales que utiliza de forma habitual es el gorullo, que "en Galicia se aplicó sobre todo en colchas y productos del hogar, por ser tejidos muy densos y duros" para combatir el frío. Pero las sociedades evolucionan, los tiempos cambian y la artesanía, como muchos otros sectores, tiene que adaptarse sin perder su esencia si quiere prevalecer: "por eso yo siempre digo que parto de la tracción para llegar, de una manera innovadora, a productos nuevos y diseños que sean más actuales, pensados para la sociedad en la que vivimos", declara Rodríguez.
Entre sus creaciones más recientes, "Morno" y "Fueguitos" destacan por ser productos textiles llenos de sensaciones que buscan concebir "una reacción de bienestar en las personas". La inspiración para ambas colecciones encontró a Rodríguez en algunos de los rincones más insospechados, a través de los arroyos o "caminos del agua", y las páginas del cuento Un mar de fueguitos de Eduardo Galeano. La primera de las colecciones, tejida a mano en lana merina y lino, fue seleccionada para participar el pasado enero en la prestigiosa feria de Maison&objet de París; y las piezas inspiradas en la narrativa han dado lugar a mantas, cojines y bufandas artesanales con una textura y una suavidad fuera de lo común, hechas a base de lana merina y una técnica que emula la tejeduría antigua.
Futuro e innovación en el rural
Ante un mundo que mira al rural con la óptica de la preponderancia y la compasión, emprendedoras y creativas como Inés Rodríguez sacan los dientes al lobo para demostrar que estos entornos no sólo son sinónimo de calidad de vida, sino también de trabajo, y pese a lo que muchos puedan pensar, de futuro e innovación. "Últimamente estamos muy en boca de todos, somos como una especie de escaparate y yo creo que al final, los actores siempre tienen que ser las personas que están en los lugares… sea lo que sea, los pueblos, la moda, la juventud, la vejez", afirma Inés. Hace casi un año que esta tejedora ourensana recibía el Premio Nacional a la Excelencia e Innovación de las Mujeres Rurales por su importante labor en Rir&Co, sobre todo a la hora de fusionar tradición y modernidad en las múltiples piezas creadas desde su pequeño taller de Allariz.
Una labor también de visibilización y concienciación por la que ella misma lucha a diario. "Sí que es verdad que la vida es diferente. Creo que se humaniza todo mucho más, pero es cierto que a veces existen dificultades". La movilidad o el internet, por ejemplo, son dos de esos básicos de hoy en día que más se pasan por alto en las zonas menos pobladas: "esto es todo lo que se necesita también en una ciudad, solo que allí se presupone y en un pueblo no, y esa yo creo que es la mayor diferencia (…) el tema es que hay que dotar de las mismas herramientas, o más bien de las herramientas que se precisen, porque no hay una fórmula que funcione para todo el mundo igual", manifiesta. Ante un debate en auge, esta fiel defensora de los ritmos pausados se dirige a sus compañeros del gremio artístico con toda una declaración de intenciones: "para el mundo de la artesanía y las profesiones creativas el medio rural ofrece muchísimas oportunidades". No hace falta más que echar un vistazo a la trayectoria profesional de esta artesana para darse cuenta de que todo lo que dice tiene su razón de ser.
Rir&Co y las claves de la colaboración
A veces, la fusión y mezcla de ideas ―e incluso entre sectores aparentemente opuestos, como la gastronomía, moda o tecnología― da lugar a los resultados más sorprendentes y enriquecedores. Está fue la primera gran lección que aprendió Inés Rodriguez cuando fundó Rir&Co y se introdujo de lleno en el universo de la innovación textil. El empezar su andadura trabajando mano a mano con otras firmas le permitió a esta ourensana sacar adelante grandes proyectos creativos, vivir experiencias únicas al amparo de la artesanía y abrirse camino en un mundo hasta el momento desconocido para ella. "Al principio del todo, por las necesidades del taller y por toda esta experimentación y búsqueda de nuevos horizontes para la artesanía pensé que colaborar con otros sería la mejor opción", reconoce Inés. "Después, poco a poco la empresa fue creciendo y acabé haciendo mi propio producto para definirme".
Y razón no le faltaba, la cooperación creativa llevó sus diseños hasta los eventos y situaciones más dispares, desde desfilar en las pasarelas de la Madrid Fashion Week con una colección de Leandro Cano, hasta el restaurante Estrella Michelin de Culler de Pau (O Grove), las salas del Museo del Traje con un proyecto de Assad Awad inspirado en Balenciaga, e incluso la última para la feria ARCO de Madrid en el marco de los premios Cervezas Alhambra. "Cada proyecto era diferente, con lo cual también me ha permitido aprender mucho (…) me ha ayudado a investigar en técnicas, en materiales… porque antes de llegar a ese proyecto final tienes que hacer un estudio muy amplio", continúa la artesana. Todo un importante bagaje de información y experiencia que lejos de guardarse para ella comparte al mundo a través de la formación y asesoría con otros alumnos y artesanos que comienzan a dar sus primeros pasos.
Muy pronto: más asesoría creativa y proyectos sostenibles
En un proceso de "catarsis", como ella misma lo define, Rodríguez encontró, entre los tiempos del confinamiento, una propuesta de valor para su negocio que hasta el momento no se había planteado de manera formal: la asesoría creativa. "Después de la pandemia hice algunos procesos de coaching y me di cuenta de que a lo mejor no estaba aprovechando esa capacidad de crear, de pensar y repensar objetos para otras personas, para otros materiales", admite. Lejos de acomodarse, decidió potenciar esta parte de Rir&Co y compartir la información recopilada durante toda su trayectoria profesional, como artesana contemporánea e investigadora infatigable de diferentes técnicas y materiales, con otras firmas y artesanos. "Creo que puede ser muy interesante y muy útil para otros proyectos que tengan que ver con el textil, con la artesanía e incluso con el mundo rural", relata. "Son cosas que quizás a mí me hubiera gustado saber al principio, que forman parte del recorrido de cualquier profesión, pero que también pueden ayudar a otras personas".
En esa misma línea, tanto para estos últimos meses del año como para el próximo 2022, la ourensana nos confiesa que tiene ya varios proyectos en marcha o empezando a cocinarse: desde "nuevos tejidos más artísticos" a título personal, a otros de consultoría y colaboración que según nos adelanta serán "muy enriquecedores y sobre todo, muy ligados a la sostenibilidad y nuevos materiales", algunos de ellos iniciados ya antes de la pandemia en su primera fase de investigación. En lo que respecta al taller de Allariz, esta emprendedora textil se encuentra ya enfocada en las creaciones para Navidad y algún que otro trabajo con miras "a abrirse más al mundo, volver a ferias e intentar internacionalizar" la firma gallega de Rir&Co. Y es que si hay algo que define a Inés Rodríguez como artesana es esa voluntad innata de explorar, definir y llevar al mundo desde su pequeño universo creativo en el rural gallego, piezas únicas (y cada vez más sostenibles) capaces de despertar todo tipo de sensaciones con sólo verlas, tocarlas o portarlas.