El pasado domingo, con motivo del Día Mundial de las Ciudades, Greenpeace España publicaba en su perfil oficial de Twitter una imagen de un Vigo utópico. La Puerta del Sol repleta de árboles, fuentes y con un ancho carril bici. Mediante este montaje tan visual, la organización ecologista denunciaba la necesidad de una ciudad "más verde, habitable y sostenible".

"La emergencia climática no espera", escriben desde Greenpeace, citando directamente a la cuenta del Concello de Vigo. Hace menos de un mes se publicaba que la urbe olívica lidera el ranking de ciudades con más coches por habitantes: en 2020 había 151.553 turismos registrados y algo más de 290.000 vecinos.

En términos de indicadores de contaminación, como relatan en Eldiario.es, Vigo tampoco obtiene buenos resultados: "La OMS ha fijado que el máximo de concentración media de dióxido de nitrógeno (NO₂) por metro cúbico de aire debería ser de 10 microgramos. Sin embargo, durante el 2019 -último año previo a la pandemia-, en Vigo se emitieron a la atmósfera 22,5 microgramos. Es decir, más del doble".