La ría de Vigo y su entorno ha logrado mantener estable su temperatura a pesar del contexto de cambio climático generalizado que vive nuestro planeta. Mientras que el conjunto de las Rías Baixas sí ha experimentado un incremento de la temperatura de sus aguas (que ha provocado este verano, por ejemplo, los episodios de mortandad de navajas en la playa de la Lanzada), la de Vigo ha amortiguado ese fenómeno.

Así lo demuestra un estudio del Instituto Español de Oceanografía (IEO) recién publicado en la revista Science of the Total Environment. El trabajo recoge los resultados de observaciones de la columna de agua de la ría de Vigo y la plataforma continental adyacente realizadas a lo largo de 34 años. Los análisis revelan que en el período que va desde 1987 a 2020, las rías no han experimentado una tendencia significativa a largo plazo en su temperatura.

De este modo, la zona de la ría de Vigo, ubicada al margen ibérico atlántico, ha conseguido mantenerse fuera de la escalada de temperatura que sí se ha observado y de forma significativa durante ese período tanto en aguas oceánicas como en el Cantábrico. El principal autor del estudio del IEO, Pablo Otero, explica que está siendo un verano "muy atípico, con temperaturas muy altas en las Rías Baixas", por lo que "series largas de medidas como estas son las que permiten conocer mejor cuánto de anómalas han sido estas temperaturas".

Con todo, Otero advierte que aunque no haya habido una "tendencia significativa en el pasado reciente", eso no quiere decir que la ría de Vigo no entre "en un período de cambio". El investigador resalta la importancia de "la monitorización y control de nuestros mares" en el contexto actual de cambio climático para "conocer el impacto en nuestros recursos ecosistémicos".