Patricia y su familia llevan toda la vida dedicándose a la agricultura y, desde hace un año comparten sus deliciosos cultivos con todos los habitantes del área de Vigo. "Desde Tomiño hasta Ponteareas y Vigo", el triángulo mágico en el que Na Abada reparte sus productos frescos, recién recolectados y cultivados de forma ecológica.
No obstante, no siempre se dedicaron a la horticultura, sino que antes de la pandemia Patricia y su marido tenían una empresa que comercializaba flor cortada para floristerías de toda la provincia. "Cuando llegó la Covid-19 nos resentimos muchísimo, estuvimos meses tirando producto porque es muy perecedero y nosotros vivíamos de los eventos… tuvimos que reinventarnos para no perderlo todo".
Así nació Na Abada, de un revés que ha traído a esta pareja grandes alegrías en el último año. "Al dedicarnos a algo tan estacional decidimos parar a pensar entre una campaña y otra y surgió la idea de vender online", dice Patricia. "Mis padres producen kiwi y, viendo las posibilidades que nos ofrecía la venta por internet, decidimos aprovechar la creciente preocupación de la gente por el medio ambiente y el consumo responsable de productos saludables".
De temporada y de proximidad
En noviembre de 2020 comenzaron a enviar sus "cestas" a domicilio cargadas de productos de sus huertos, siempre de temporada y de proximidad: "estamos acostumbrados a comprar todo el año cualquier fruta y verdura y eso no es sostenible", asegura. Por eso ellos solo cultivan "lo que se da bien aquí, cuando se da bien, no forzamos ningún cultivo"; confiesa, por ejemplo, que la fresa este año no ha dejado de producirse desde el invierno, por lo que han podido seguir comercializándola.
Con mucho amor, cada semana preparan unas preciosas cestas de mimbre en las que incluyen productos diferentes en función de lo que vaya madurando en el huerto. "Aprovechamos el sistema de reparto que ya teníamos, aplicamos los conocimientos de logística y gestión de la empresa anterior y yo, que soy agrónoma, refresqué mis conocimientos para poder constituir un huerto a domicilio sostenible y rentable".
Patricia dice que tuvieron que ir "encajando pieciñas de un puzzle" hasta construir Na Abada, y ríe cuando se le pregunta por la superficie del huerto: "son pieciñas, en total tendremos unos 1.000 o 1.500 metros, pero no están todos en el mismo sitio". Ahora, casi un año después del comienzo, puede asegurar que se han consolidado y tienen una cartera de clientes que crece semanalmente. "El boca a boca funciona muy bien y tenemos un cliente nuevo casi con cada reparto, estamos muy contentos aunque vayamos poco a poco".
Mimbre para transportar grelos
Su sistema incluye un reparto sostenible, con embalajes biodegradables y reutilizables. "Llevamos la colleita en una cesta de mimbre, que dejamos al cliente y él nos entrega la que dejamos la semana anterior: siempre son las mismas cestas". Así, cada semana se actualiza en la web la lista de la compra, su colleita, que recogen el día anterior a la entrega: "pesamos, envasamos, etiquetamos y guardamos en las cestas, que son personalizadas".
El único requisito, dice, es llegar al envío mínimo de 15 euros, "pero si quieres 15 euros de fresa se envía una cesta de solo fresa". "La presentación final es muy cuidada", dice Patricia, que supervisa cada detalle antes de hacer las entregas. Una vez montadas las cestas comienza el reparto, que se hace dos días a la semana, en los municipios del Baixo Miño y las zonas limítrofes, poniendo el límite en Ponteareas y Vigo.
Ahora están comenzando el cambio de estación, después de un verano "un poco más flojo, porque hay mucha gente que se va de vacaciones y mucha otra que tiene familiares con pequeños cultivos que en verano les dan más". El abanico de posibilidades de producción, no obstante, es muy amplio también en invierno y ahora están "a tope" con coliflor, grelos, acelgas, espinacas… listos para preparar caldo calentito para el frío que se acerca.