Más allá de lo estético: Carla Ferrey, la viguesa que encontró su vocación en Dubái
Con poco más de 30 años ha logrado ser pionera en toda Galicia en técnicas de microblanding y micropigmentación y trata casos de todo tipo, desde rayas del ojo permanentes o reconstrucción de aréolas
15 mayo, 2022 06:00Carla Ferrey tiene 32 años y mucha experiencia a sus espaldas. Desde pequeña creció siendo una apasionada del mundo del arte, le encantaba dibujar e hizo un ciclo de Ilustración y otro de Diseño de Interiores. Además, aprendió a tatuar e hizo sus primeros ensayos sobre pieles amigas.
Sin embargo, había otro elemento que se encontraba desde siempre en la vida de Ferrey y al que ella no le dio hasta cierto tiempo después relevancia: la profesión de su madre, quien ejercía de profesora de estética. Su casa siempre estaba llena de materiales de esteticien, pero como confiesa Carla, "hasta que no descubrí la oferta de trabajo para irme a Dubái no le di mayor importancia".
En 2014 encontró una vacante para trabajar en una clínica estética que se iba a abrir en un macro centro comercial de Dubái. Carla Ferrey decidió probar suerte y presentarse a la entrevista, que se realizaba en la sede de la empresa, ubicada en Marbella. La cogieron. Y con 24 años recién cumplidos, dejó atrás Vigo para conocer un nuevo mundo.
A 7.800 kilómetros de casa
La primera parada de Carla Ferrey en el Golfo Pérsico fue Kuwait, donde estuvo realizando el periodo de formación con la empresa mientras en Emiratos Árabes terminaban la construcción de la nueva clínica.
"Nos llevaron para que nos fuéramos adaptando a trabajar con las pieles árabes, que son más gruesas, duras y morenas", explica la profesional. Estuvo un par de meses en Kuwait hasta la apertura del centro comercial en Dubái, donde se quedó trabajando hasta 2019. Prácticamente un lustro lejos de casa.
Ferrey era —y es—esteticien especializada en micropigmentación y microblading. Ambas técnicas se han puesto de moda en España hace relativamente poco tiempo, pero en 2015 ya eran una tendencia total en Emiratos Árabes. Estos tratamientos consisten en la aplicación de un maquillaje permanente o semipermanente en la piel, con el ánimo de lograr un acabado natural y capaz de reestructuras desde cicatrices a asimetrías faciales.
La experta define su experiencia en Oriente como "una universidad pagada". Cuenta que para lograr adquirir el conocimiento y el bagaje que tiene ahora hubiera tardado "el doble" si se hubiera quedado en Vigo. "Allí se trabajaba mucho", rememora, "Es un trabajo que me encanta y fui conociendo poco a poco."
"Irse a Emiratos Árabes asusta un poco, sobre todo siendo mujer, por esas cosas que suceden y que todos sabemos", confiesa Ferrey. Con todo, reconoce que estuvo "cómoda" en todo momento y que la acogida fue muy buena.
Diferencias culturales
En 2019, Carla decidió regresar a Vigo, a su tierra natal: "Cualquier gallego una vez sale de casa y ve un clima con las caraterísticas de Dubái, que te pasas tres o cuatro meses a 60 grados, sabe que es difícil para vivir allí".
La morriña también se extendía a la gastronomía — "Como aquí se come en ningún sitio"— y a los largos kilómetros que la separaban de su hogar; un viaje que duraba ocho horas en avión y necesitaba escala en Madrid.
Cuando volvió a pisar tierras gallegas no quiso parar de trabajar y en seguida comenzó a idear su proyecto soñado, su propia clínica especializada en micropigmentación y microblanding. A comienzos del 2020 logró abrirla, pero la pandemia echó abajo sus ilusiones de apertura.
En cuanto se estabilizó la situación sanitaria, Ferrey fue "a por todas" y se puso a trabajar en su estudio, que lleva su nombre y, por el momento, solo está compuesto por ella misma. Ya son dos años al mando de un negocio que mantiene ocupada la agenda de la profesional día tras día.
Preguntada por las diferencias entre las clientas (en su mayoría atiende a mujeres) españolas con las que trató en Dubái, la profesional detalla que en el mundo árabe las clínicas de estética están divididas por género. En los centros femeninos los hombres tienen "prohibida" la entrada y viceversa. Ese fue el cambio más impactante que notó Ferrey.
"Tuvimos clientes de todo el mundo, pero la mayoría de mujeres árabes tiene el concepto del físico como algo súper importante, me atrevería a decir que lo que más", explica, "Se hacen de todo." Considera que no hay mayores diferencias que con su target local y apunta divertida: "Bueno, los españoles son más puntuales, aunque no lo parezca".
No es solo estética
Como explicamos antes, Carla Ferrey está especializada en el maquillaje semipermanente. Para quien no conozca esta técnica, suele aplicarse en labios, párpados y cejas y destaca su aspecto natural, como si fueran rasgos intrínsecos a la persona.
"Se está dando a conocer de unos años para aquí y la gente valora no perder tiempo por las mañanas en maquillarse o preocuparse de si se borran sin querer el maquillaje", explica. El desarrollo tecnológico de la última década que han sufrido estos métodos contribuye a esta popularidad en aumento.
Ferrey expone que "los pigmentos y las agujas de antes estaban más cerca de dar un resultado de tatuaje que a un resultado de micropigmentación". Pone como ejemplo las cejas: "Antes te hacías las cejas para siempre, independientemente de los cambios de moda o de tu madurez y tu propio cuerpo. Esos resultados van avanzando de forma que no se ven tan bonitos y naturales".
Por la clínica de Carla Ferrey pasan cientos de clientas de todas las edades y cada vez más hombres se animan. Y es que la cuestión ya va más allá del aspecto físico; el trabajo de Carla ayuda a muchas personas en el plano personal, en su autoestima.
"Hay muchos pacientes hombres que vienen por el tema capilar. Puedo contarte el caso de un chico que tenía un problema de pérdida de vello en las cejas, pero después del confinamiento la gente se asustaba al verlo porque pensaba que estaba enfermo", relata.
También tiene muchos casos de pacientes que han pasado por enfermedades oncológicas o cirugías agresivas y que "una vez pasa el tiempo y se van recuperando necesitan encontrarse como estaban antes". En este sentido, Ferrey cuenta que la idea no es llevar a cabo cambios radicales, sino pequeñas mejoras casi imperceptibles.
Entre los trabajos de Ferrey se encuentran las reconstrucciones de las aréolas de las mamas a personas a las que les han tenido que extirpar el pecho o que presentan una cicatriz en el contorno. Mediante la micropigmentación, la experta puede disimular las marcas o generar el efecto visual con volumen de la aréola que falta.
"La gente que se somete a este tratamiento viene de un capítulo difícil y muy largo, por lo que viene algo asustada, pero los resultados son muy buenos", afirma Carla Ferrey. Cree que cada vez más se conoce este tipo de técnicas: "Algunos médicos comienzan a recomendarlo para cerrar del todo el proceso. Al final volvemos al tema de la autoestima, hay gente que lo pasa muy mal y que necesita verse bien cuando se desnudan para darse una ducha o al exponerse más en verano".