Traspasar las puertas de Elepé, en Doctor Cadaval 35, es sumergirse en la historia de la música. Entre sus estanterías encuentran hueco desde vinilos clásicos hasta los CD más actuales, un repaso a la industria musical desde que comenzó a grabarse y encerrarse en todo tipo de formatos. "Tratamos de tener un resumen de la historia de la música en la tienda", explica Suso Hidalgo, dueño de Elepé a Treintayseis.
Hoy, pocas tiendas de discos quedan abiertas en la ciudad, esas en las que detrás del mostrador se sitúan amantes de la música, auténticos prescriptores que guían el oído del comprador, que explican, aconsejan y comparten. Una labor que ahora ya no es tan necesaria. "Hoy en día nadie te pide que le pruebes un disco, la gente lo escucha antes y, si le gusta, lo compra, con riesgo cero. Eso sí, los hay que vienen por aquí a ver si hay cosas que le pueden interesar por el aspecto, por preguntar o por curiosidad. Y hay gente que tiene radar, ‘esto tiene buena pinta'", señala Suso.
Porque en Elepé, la base de la clientela son los "entendidos", los aficionados a la música "que busca, que se informa", unos asiduos para los que Suso ofrece discos señalados, "para gente aficionada", aunque matiza que la selección musical es "para todos los gustos". Lo que siempre hay es una amplia selección clásica, "esos discos son una base a la que va a recurrir la gente y tratamos de tenerlos"; por ejemplo, las grabaciones de Elvis, "atemporales", o de grupos como Green Day o Nirvana, a por los que llegan a la tienda adolescentes de 15 y 16 años. "Aunque estés motivado por el momento de tu edad, siempre vas a buscar un poco más atrás, de dónde viene lo que te gusta".
Más de 40 años
Elepé abrió en mayo del 79 de la mano de José Ríos y Conchi Giráldez. Poco después, a principios del año 80, Suso se incorporó al negocio. "Conocía a José y a Conchi porque, además de la tienda, eran representantes de la discográfica Hispavox en Vigo y yo trabajaba en otra tienda". Se ponía en marcha el único negocio de gran volumen destinado únicamente a la venta de discos. "Había otra tienda pequeña en Marqués de Valladares", además de otros puntos de venta, "entre 25 y 30", en tiendas que vendían otras cosas, como las de electrodomésticos, de fotografía o librerías.
El crecimiento de Elepé fue rápido y supuso que tuviesen que desplazarse desde su primer local hasta el actual al poco tiempo porque necesitaban más espacio. Era la época en la que la Movida de Vigo comenzaba a despuntar, un movimiento que, asegura Suso, "tuvo mucha repercusión porque tenían un apoyo mediático impresionante, porque en realidad hay muchísimas más bandas ahora, y en esa época se dio voz a un tipo de grupos, porque había más fuera de esa estética, de heavy metal, de jazz… Siembre ha habido mucha afición musical en la ciudad".
La industria música actual ha cambiado mucho desde aquellos primeros años; hoy en día, los discos no son grandes lanzamientos y los artistas mediáticos lanzan singles individuales, sin la necesidad de un trabajo más amplio. Suso pone el ejemplo de Sebastián Yatra, del que "nunca había oído hablar y nunca vi un disco suyo", fenómenos para adolescentes, "productos muy programados y dirigidos", pero que señala que siempre han existido, como en los noventa con los Backstreet Boys, Take That o New Kids on the Block.
"No estoy en contra de ningún tipo de música, pero me aburre la repetición de una fórmula", expone Suso, que se refiere a artistas como Rosalía o C. Tangana, "como funcione algo, todos van detrás", una uniformización del sonido o la actual utilización del "autotune"; "No digo que es música buena o mala, simplemente no me interesa". "La pena es que no se promocionen también otras cosas que están ahí y que son muy potentes", lamenta.
La crisis económica
Además, actualmente "estamos en un momento en que todo es muy efímero", explica Suso, "un disco de 2018 ya es antiguo". De hecho, señala que, si bien antes se exponían en las tiendas de discos las discografías completas de los grandes grupos, ahora de bandas muy conocidas "igual solo tienes los dos últimos trabajos". Una industria que está afectada por la crisis y que está haciendo que suba el precio de los discos, algo que es malo para las tiendas y para la gente, porque muchas veces "se quedan atrás discos que son interesantes para nosotros por el costo de producción". "Hay algunos que han subido entre un 40 y un 50% y sin lógica ninguna".
En el caso de las "modas", entre las que señala que actualmente hay una "vuelta" al cassette, valora que la de los vinilos parece "definitiva", ya que se llevan "vendiendo a tope" desde el 2005. De hecho, desde ese año hasta el 2008, Suso lo define como "una época dorada", tanto para las tiendas como para los compradores, porque los vinilos "no tenían tanta repercusión mediática, nosotros ganábamos más y a la gente le costaba menos". Un tema, el precio, que ha modificado el comportamiento del consumidor, que antes salía de la tienda con "tres o cuatro discos" y ahora, en cambio, sale con uno.
"Yo no me quejo, porque aguanto", se refiere Suso a la situación de la tienda, "pero en esa época teníamos más holgura para trabajar tranquilos, se conseguía mejor material de segunda mano, material muy interesante desde Estados Unidos o Japón, y ahora tenemos más material nuevo". En Elepé, además, están abiertos a comprar discos para poder ampliar su sección de segunda mano.
The Soul Jacket y la música local
Y si tiramos de Suso como prescriptor de la música local, el dueño de Elepé no tiene dudas, a pesar de que "en Vigo hay bandas muy buenas", tiene debilidad por The Soul Jacket. "Es un grupo impresionante, yo creo que nunca ha habido nada en la ciudad con ese nivel, son super profesionales", destaca Suso. "Tienen una discografía en un tiempo relativamente corto con un nivel espectacular", señala, además de valorar que hacen un estilo de música en el que tocan "muchos palos diferentes", una combinación "que suena fresca".
Así, sobre la música local, Suso lamenta que no haya más conciertos "con la cantidad de plazas que hay en Vigo" para dar a conocer a los grupos de aquí, aunque entiende que "no es tan mediático" como los grandes conciertos. Él recuerda las Fiestas de las Avenidas, entre la calle Isaac Peral y Oporto, donde hace años se colocaba un escenario durante un mes entero en el que llegaban a tocar hasta dos grupos locales al día, algo que "no se volvió a hacer nunca más", además de que las propuestas que han salido nunca han tenido mucho éxito ni continuidad.
"Hay bandas que le gustan a cualquiera, pero el problema está en si no te pueden escuchar", resume Suso a modo de conclusión de una etapa en la que la música vive ciertos cambios, se adapta a nuevos formatos y nuevos mercados, pero en la que nunca pierde de vista lo esencial, las raíces, esas mismas que Elepé lleva bien arraigadas al cemento de Vigo, un clásico de clásicos de la ciudad con más de 40 años de vida.