
El Arca de Noé, una radiografía del comercio local de Vigo en tres generaciones.
El Arca de Noé, una radiografía del comercio local de Vigo en tres generaciones
Situado hoy en la calle Triunfo, a pocos metros de la Colegiata, este negocio con origen en Noia comenzó su historia en la calle Real como una zapatería y con carnicerías asociadas
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Cuenta la leyenda que Noia, situada en la provincia de A Coruña, fue fundada por Noé, el personaje bíblico que sobrevivió al diluvio tras construir un arca e introducir en ella a parejas de todas las especies animales. Una leyenda que está reflejada en el escudo de la localidad coruñesa, donde aparece esta embarcación, y que está muy arraigada entre los vecinos de la zona.
El Arca de Noé también es un negocio de los de toda la vida de Vigo, que hoy regenta Juan Quintela, tercera generación, y que desde principios de los 2000 se encuentra en la calle Triunfo, haciendo esquina con la Plaza de la Iglesia, donde se alza la Colegiata. El nombre no es casualidad, sus abuelos, los que la fundaron en la calle Real, en pleno Casco Vello, llegaron a Vigo desde Noia.
"Mi abuelo era zapatero y cuando llegaron se dedicaba a fabricar calzado; mi abuela montó carnicerías, también en la calle Real. Con el tiempo, las carnicerías cerraron y fue el negocio del calzado el que continuó", relata Juan a Treintayseis. Su madre heredó el negocio cuando su abuelo falleció; seguía vendiendo calzado, aunque ya no lo fabricaban.

El Arca de Noe.
Como ha pasado en el comercio local de las ciudades, los negocios se han ido reinventando poco a poco para sobrevivir, para adaptarse a cada momento, buscando el nicho perfecto que habitar para poder seguir respirando. Así, el Arca de Noé se dedicó también a la venta de ropa náutica, primero en la calle Real y luego en el actual local, que derivó en una vestimenta que fue casi religión en la ciudad, de cazadoras náuticas de diversos colores que marcaba la moda de los años 90. También se dedicó a la moda femenina.
Reinvención con la crisis de 2008
"Pero con la crisis de 2008 ese negocio se vino abajo porque la gente dejó de gastar en ese tipo de productos. Entonces empezamos a buscar nuevas oportunidades y nos metimos en el merchandising. Llevamos unos seis o siete años en este sector, y en el tema de gorras y sombreros, alrededor de diez. Hemos ido evolucionando con el tiempo porque no ha quedado otra opción", profundiza Quintela.
Así, se han también adaptado al tipo de público que pasa por la zona, su edad, si es turista, con el objetivo de "tratar de captar el máximo número de clientes y especializarte en un nicho con poca competencia para poder sobrevivir". El merchandising abarca todas las edades y varias generaciones que quedan marcadas por "licencias" como la de Star Wars, que abarca desde el pequeño que hoy admira The Mandalorian y al abuelo que vio en el cine, en el año 77, La Guerra de las Galaxias.

Productos de El Arca de Noé.
Durante la entrevista, son varios potenciales clientes que entran en la tienda y preguntan por las gorras, las de vestir, esas que hoy han vuelto a ser un complemento gracias a series como Peaky Blinders y a formar parte de la imagen de algunos actores de Hollywood, como Brad Pitt.
En este caso, esas gorras y sombreros los expone en el local de enfrente, con otro aire más "señorial", con maderas y lleno de estanterías repletos de este producto de todos los estilos, lisos, de cuadros, de tela, de tela impermeable, de cuero...

Gorras y sombreros.
Regeneración del Casco Vello
Hoy, el Casco Vello se ha convertido en una de las mejores zonas de Vigo para poner en marcha un negocio; así, al menos, lo considera Juan Quintela, que fue vecino de la zona a principios de este siglo, cuando todavía quedaban vestigios de aquella zona vieja que era sinónimo de droga y prostitución. Bajo su punto de vista, hay un elemento que comenzó a cambiar esta zona, tanto su vida como la percepción que los vigueses tenían de ella.
"En su día, los pocos vecinos que quedaban no estaban de acuerdo con algunos cambios, pero la construcción del centro comercial A Laxe fue clave. Antes de eso, la zona había estado muy degradada y se vendían casas muy baratas porque nadie quería vivir aquí", arranca Juan. Era la época de "Abrir Vigo al Mar", que "al final cerró más de lo que se abrió", incide, pero lo que sí que consiguió el centro comercial fue fue facilitar el acceso al Casco Vello", gracias a la pasarela que conecta el puerto con esta zona.
"Gracias al centro comercial y a los cruceros que empezaron a llegar, Vigo comenzó a recibir más turismo", reflexiona Quintela. "También ayudó a que los propios vigueses redescubrieran la zona vieja y vieran que no estaba tan mal como pensaban.
A partir de ahí, la hostelería empezó a crecer, los negocios regresaron, y la zona se revitalizó. Aunque A Laxe parezca un búnker, fue clave para que la gente volviera a pasar por aquí y redescubriera la zona", comenta el propietario de El Arca de Noé.

Sobreros y gorras de El Arca de Noé.
Como si estas palabras tuviesen un eco en el destino, una joven pareja se asoma a la puerta acristalada. Preguntan, en inglés, por las gorras del escaparate de enfrente. Juan responde y sale del mostrador con unas llaves. Cierra las puertas de El Arca de Noé y cruza al otro local, en el que ofrece todo su producto a este turista, que se prueba diferentes modelos. Mientras, dos personas se posan sobre el cristal que muestra el merchandising; son una madre y un hijo que buscan un regalo.
Son las 12:30 horas y parece que el día de Juan está arrancando con la llegada de clientes. El Arca de Noé seguirá en pie como una radiografía del comercio local de Vigo.