Hace ya casi diez años, María Josefa Ventoso, más conocida por todos como Sesa, se introdujo de lleno en el mundo del Amigurumi, una técnica de tejido japonesa. Aunque su pasión por el arte del ganchillo empezó cuando era pequeña, aprendiendo a dar sus primeras puntadas en la escuela. "Con 9 anos xa fixen a miña primeira colcha de ganchillo", recuerda Sesa.
Su andadura en este arte fue prácticamente autodidacta: "Eu non tuven a nadie ao meu carón que soubera", explica. En su familia ni su abuela ni su madre se habían acercado nunca al universo de los tejidos, y sin embargo todos a su alrededor se quedaban prendados por las creaciones que iba sacando adelante. De hecho, a pesar de haber tomado otros caminos profesionales "o ganchillo sempre estuvo na miña vida", aclara esta tejedora vilanovesa, que ahora cuenta con su propio negocio como diseñadora de crochet y amigurumis bajo el distintivo de Artesesa.
Del ganchillo del hogar a los amigurumis de etiqueta
Sesa conoció el arte de los amigurumis en un encuentro fortuito navegando por internet. Nunca antes había hecho muñecos, al menos no con el resultado esperado para ella. Lo intentó en varias ocasiones, pero no fue hasta que un día hace unos años "mirando en internet vin unha muñeca que era de ganchillo e estaba perfecta", relata Sesa Ventoso. Su primera impresión al leer la palabra amigurumi definiría a la perfección la reacción de muchos al leer este artículo por primera vez: "¿Amigurumi? ¿Qué é iso?".
La curiosidad de Sesa le llevó a indagar más sobre las técnicas y su historia: "Din que o principio do amigurumi foi nos anos 50 en Japón, aínda que non se sabe exactamente xa que o boom chegou nos anos 90, cando deseñaron un gato que lle chamaban Amineko", explica. Esta tendencia japonesa consiste en tejer pequeños muñecos mediante técnicas de ganchillo o crochet. Y dichos muñecos toman la forma de animales o personas, pero también de otros objetos e incluso accesorios o bisuterías.
Los amigurumis están realizados mediante una técnica de ganchillo en espiral. "Non é como o ganchillo tradicional que hay que seguir por ejemplo, con seis puntos (…) ao final isto é moito máis fácil", cuenta Sesa. La base de este método es el "anillo mágico" y aporta la ventaja de que al rematar la pieza no deja ningún agujero en el centro. "Aquí non se cerran as voltas, vas seguindo o patrón e o acabado é perfecto, mellor que o tradicional", explica Sesa, que además añade que "cando o descubrin dixen: esto é o meu". A día de hoy, Sesa Ventoso se encuentra dentro de la marca "Artesanía de Galicia" que solicitó para "poder etiquetar os seus propios muñecos".
Artesesa: mucho más que muñecos
Aunque los amigurumis son la especialidad de esta tejedora vilanovesa, lo cierto es que de su taller han salido todo tipo de productos. En el catálogo de su tienda online se pueden encontrar un sinfín de muñecos, piezas para bodas, cojines, alfombras, cuadros para recién nacidos, y otros detalles de decoración diseñados y hechos a mano por ella misma. "Eu fago de todo", confiesa Sesa, "o que pasa e que depende da temporada".
En este año pandémico, los muñecos y piezas para bodas se han visto muy afectados, así que ahora Sesa se encuentra inmersa "facendo cestos e patrones de cestos" que realiza en yute, "una fibra natural, un pouco dura de traballar". Pese a lo laborioso, Sesa admite que le "gusta el acabado, entre rústico e innovador". Otra de las piezas populares en Artesesa son unos cojines con forma de pez que Sesa confecciona en varios colores. Tal ha sido el éxito que "agora mesmo creo que están agotados e solamente queda de un", aclara. La mayoría de las veces, Sesa trabaja con algodón 100% natural, aunque admite que siempre le ha gustado introducir nuevas técnicas y materiales, como por ejemplo el "tuye, trapillo (…) e me gustaría tamén traballar con rafia. Teño moitas ideas e a cabeza que me bota fume, pero non sempre eres capaz de levar todo a cabo ao mesmo tempo", expresa Sesa.
Después de tantos años de creaciones, Sesa Ventoso echa la vista atrás para recuerda sus primeros patrones: "o meu primer patrón foi un ancla e máis unha odontóloga, e de esos vendín un montón". Aunque reconoce que nunca pensó que aquel ferro de tela hubiese tenido el éxito que tuvo al subirlo por primera vez a pinterest y a facebook. Los mensajes de todas las partes del mundo se sucedían preguntándole por la pieza y su modelo. "Xa pasaron uns cantos anos e (todavía) véndese moi ben", reconoce.
A través de su página web vende a toda España, sobre todo a "Barcelona e Madrid, que son núcleos de xente moi grandes". Y aunque el ámbito de envíos en Artesesa suele encontrarse dentro de nuestras fronteras, en alguna ocasión también han llegado remitir paquetes a otros países como Italia.
De Vilanova para el mundo con el patronaje
Más allá de sus creaciones, Sesa Ventoso también dedica su tiempo a vender sus propios patrones para otras tejedoras. El patrón es un dibujo en plano de la prenda o objeto, que utilizamos como plantilla para después transportarlo a la tela. Este último año, Sesa lo ha dedicado mucho más a crear patrones que sube a una cuenta secundaria de instagram llamada @artesesa_designs. "Alí teño os meus propios patróns. Os puxen en español e tamén en inglés, traducidos", cuenta. "Vendo a calquera parte do mundo. A verdad e que me fai ilusión cando un de Australia compra un patrón, ou mesmo de Sudáfrica", declara Sesa.
El lado positivo para esta artesana de Galicia es que "agora o Amigurumi está super extendido, e penso que cada vez máis, e unha cousa que sigue crecendo", confiesa Sesa Ventoso. Después del auge hace unos años del fenómeno DIY, por sus siglas en inglés "Do It Yourself" (o"Hazlo tú mismo" en español), no es de extrañar que el universo de los amigurumis japoneses siga los mismos pasos, y en todos estos años, cientos y cientos de tejedores en todo el mundo ya se han hecho eco de los diferentes y variados patrones que Sesa Ventoso pone a su disposición.