El viaje en el mundo de los tocados y bordados para novias e invitadas de Janet & Schulz comenzó hace ya trece años. Además de ser una marca de accesorios, el nombre hace referencia a su propia fundadora, Janet, una viguesa que ha estado ligada al mundo de la moda durante prácticamente toda su vida.
En 2008, la gallega con raíces alemanas fue consciente de que había un vacío en el mercado de novias e invitadas que hacía falta llenar. No había tocados actuales, modernos, pensados para chicas jóvenes. Así que, tras formarse de forma prácticamente autodidacta, decidió que era la persona indicada para llenar ese hueco. Trece años después, Janet & Schulz se ha convertido en una marca reconocida a nivel nacional.
En Janet & Schulz son especialistas en las piezas personalizadas y a medida, su punto fuerte es el trato cercano con las clientas. "En el trabajo a medida el trato directo con la clienta es lo más importante, ellas tienen que estar tranquilas y sentir la confianza de que su pieza va a ser única y maravillosa para ella", cuenta Janet. Las novias e invitadas están acompañadas siempre y están presentes en todo el proceso de elaboración de las piezas, ya que se va consultando con ellas las diferentes fases y los cambios necesarios. ¿El resultado? Un tocado a medida, exclusivo y de la mejor calidad.
Trato cercano, en la distancia
Lo cierto es que el trato cercano que Janet & Schulz otorga a sus clientas, haciéndolas sentirse acompañadas en todo momento, tiene mayor merito cuando uno sabe que su fundadora, Janet, reside en Namibia, en el suroeste de África.
Desde allí Janet organiza todo y crea gran parte de las piezas de la marca -otras su compañera que dirige el taller en Vigo-, siempre manteniendo el contacto con las novias e invitadas que quieren hacerse con uno de sus productos -que no son pocas-. "Tengo una compañera que está aquí, en el taller, pero gracias a todas las tecnologías que hay ahora -que yo creo que en el confinamiento todos hemos aprendido a trabajar con ellas- yo sigo en contacto con mis clientas exactamente igual", asegura Janet.
La distancia no es un impedimento para esta viguesa, que también viene siempre que puede a la ciudad para atender a sus clientas en persona. "Cuando se juntan diez o veinte clientas vengo, las atiendo, y luego vuelvo a seguir con mi rutina allí", cuenta Janet, que envía la mayoría de las piezas desde el país africano en el que reside.
Todo empezó con "La Roja"
Pero el proceso que ha seguido Janet & Schulz para convertirse en la marca de tocados y bordados de novia e invitadas que es a día de hoy no ha sido exactamente lineal. En 2012, la marca también hacía algunos accesorios, como pulseras.
Una de las piezas de su colección fue una pulsera náutica con la bandera de España, que muchos recordarán, ya que se convirtió en el amuleto de la suerte de la selección española en la Eurocopa. "Llegó a manos de Vicente del Bosque, se corrió la voz y acabé vendiendo miles de pulseras", cuenta Janet. La realidad es que el seleccionador aseguró que no se quitaría la pulsera hecha con nudos marineros hasta que se rompiese, ya que le había dado suerte; de hecho le gustó tanto que encargó una réplica para todos los jugadores. A Janet también le dio suerte la pulsera de la Eurocopa, ya que gracias a haberla creado consiguió el empujón económico necesario para enfocarse en la que verdaderamente era su pasión, los accesorios para bodas.
Un largo recorrido, con muchas piezas especiales
Desde entonces, en Janet & Schulz han creado infinidad de grandes piezas, especiales, diferentes y únicas, con variedad de materiales pero siempre de la mejor calidad. Peinetas, coronas, bordados, tocados, pamelas… En esta marca viguesa todo es posible. Aunque todas sus creaciones son muy especiales para Janet, y asegura que los tocados para las bodas de sus propias amigas la hacen sentir muy orgullosa, cuenta que hay una pieza que fue muy importante y significativa para su marca. Unas peinas en forma de estrellas bordadas a mano con un guipur antiguo y cristal checo que enamoraron a Carmen de la Puerta, fundadora y diseñadora de Vogana, una conocida firma de moda de Sevilla.
"Vio la pieza en Instagram y le gustó mucho, resultó ser una diseñadora muy conocida y su boda salió en algunas revistas, yo me lo encontré por casualidad", recuerda Janet. A raíz de este suceso fueron muchas las mujeres que quisieron hacerse con las estrellas de Janet & Schulz. "Acabamos existencias hace unos meses, me da mucha pena pero era un encaje antiguo que ya no se fabrica", cuenta.
En todos sus años de trayectoria, Janet & Schulz no ha dejado de crecer y de colaborar con grandes firmas como Inuñez, creando los accesorios para su colección de novias. Ahora, recuperándose del bache de la pandemia, cuenta que parece que la gente vuelve a querer casarse. "Se están adaptando a la situación, la mentalidad está cambiando. Antes quizás querías que cuanta más gente fuese a tu boda mejor, ahora se hacen bodas más íntimas pero las novias siguen queriendo verse maravillosas", señala la diseñadora.
Sea desde Vigo o desde Namibia, Janet tiene muy clara la trayectoria que quiere que siga su marca, "nosotras empezamos diversificadas y nos fuimos especializando, así que la idea es seguir como estamos y seguir trabajando". Habiendo conseguido labrarse un nombre a nivel nacional con su taller en Vigo, la diseñadora viguesa asegura que uno de sus objetivos es intentar entrar en el mercado sudafricano, "no tiene nada que ver con España y no hay tanta gente pero la idea es seguir intentándolo", remarca.