Hermes Smart Control nace en Vigo en el año 2018 con una premisa que guiará su filosofía empresarial: proponer soluciones simples y crear productos de fácil interpretación. "Nacemos cuando detectamos que podemos mejorar algunos aspectos de sectores que necesitan el IoT, como puede ser el automovilístico", dice Xavier Barra, uno de los fundadores de la empresa. Con esa idea, hace ya tres años, fundó junto a Manuel Rañal una empresa que ha convertido la sencillez en su seña de identidad.
Su primer producto, un detector de vibraciones y temperatura que permite establecer avisos cuando detecta anomalías en los elementos que se monitorizan, lo que consigue aumentar la eficiencia de los equipos y garantizar su correcto funcionamiento. Gracias a la aceleradora BFAuto y a la tutorización de la fábrica viguesa Stellantis han podido comercializar este producto para el sector automovilístico y ahora estudian su utilización en otros campos.
No obstante, fue la pandemia lo que empujó a esta ingeniería a crear un producto que les ha garantizado un enorme crecimiento. "Cuando nos enteramos de que la Xunta de Galicia obligaría a los hosteleros a instalar medidores de CO2 en los establecimientos decidimos ponernos manos a la obra y crear un producto que pudiese satisfacer esa necesidad", dice Xavier.
Un semáforo dentro de una vieira
Apenas dos meses después del anuncio de Feijóo, en junio, comenzaban a comercializar una concha de vieira que indica con un código de colores si los niveles de dióxido de carbono en el ambiente son seguros. "La simplicidad es nuestra meta, todos nuestros productos deben ser fáciles de interpretar, y qué hay más fácil que un semáforo de colores que indique si la calidad del aire es mala (rojo), aceptable (amarillo) o buena (verde)".
Una vez creado el producto, dice Barra, han empezado a comercializarlo y están teniendo bastante éxito. "Los sensores son de fabricación europea, pero todo lo demás se fabrica en Galicia y, por supuesto, se ensambla aquí", lo que nos dice que aumenta ligeramente los costes con respecto a la competencia asiática. "Claro que puedes encontrar productos más baratos, pero no queríamos sacrificar la fiabilidad y las prestaciones de un elemento que se va a convertir en esencial a partir de ahora".
Estos ingenieros han pensado en todos los detalles y el detector está encajado dentro de una concha de vieira, "para hacer una referencia también al año Xacobeo y que la hostelería gallega tenga su seña de identidad bien visible".
Ahora, tras el éxito de este primer diseño, están trabajando con una cerámica y con Denso Thermal Systems para crear un producto que encaje en todos los hogares. "Hemos descubierto que la calidad del aire influye mucho en la productividad de las personas, por eso estamos tratando de crear un producto que encaje en viviendas particulares y en oficinas, creemos que podría ser muy útil a medio y largo plazo".
Otro de los productos que han nacido en el seno de la pandemia es su KlinO3, un purificador de aire que desinfecta espacios cerrados. "En la misma línea de mantener una calidad de aire óptima hemos diseñado un pequeño aparato que emite oxígeno activo para eliminar virus y patógenos del ambiente", explica Xabier, "funciona de manera automática en función de los metros cúbicos de la estancia y garantiza la eliminación de todos los elementos contaminantes del ambiente".
Mejoras en la cadena logística del automóvil
No obstante, Hermes nació antes de la llegada de la pandemia y sigue avanzando en su objetivo inicial de mejorar los procesos de la industria del automóvil. Por esta razón trabajan en un sistema de monitorización logística, "parte fundamental en la cadena de valor: nuestros clientes necesitan saber dónde se encuentran sus contenedores de mercancías y así evitar tensiones en la cadena de suministros", asegura Xavier.
Gracias a un sistema similar al de los teléfonos móviles, explica, han logrado que los contenedores estén geolocalizados las 24 horas del día, lo que también facilita la posibilidad de hacer un inventariado automático. "Si utilizásemos satélites los costes se dispararían, así que hemos utilizado un sistema parecido al de la telefonía para que el sensor emita una señal periódica de latitud y longitud que permite saber dónde está la mercancía en todo momento".
Este producto, llamado Whicom (acrónimo del inglés where is my container), ya se está comercializando e incluso personalizando "porque hay clientes que no necesitan todas las prestaciones: abaratamos costes y podemos ofrecerle un producto a medida", reconocen, "al ser una empresa pequeña podemos permitírnoslo y estamos trabajando en un Whicom lite para estos casos".
Esta empresa joven, "con ganas e ilusión" sigue trabajando en otros proyectos, que Xavier confiesa que "están un poco verdes", aunque se muestra muy optimista con respecto al futuro próximo. "Creemos que para finales de este año o principios del 2022 las cosas mejorarán, por eso trabajamos con calma y prudencia pero también asumimos riesgos que nos permiten crecer como lo estamos haciendo".