"Nuestro interior es salado, tiene sentido que nos rehidratemos después de hacer ejercicio intenso con agua de mar, ¿no?" Así de sencillo es para Antón Ruanova, triatleta profesional, explicar cómo comenzó su aventura con el agua salada. Hoy, tres años después de comenzar a "maquinar" Artio, cuentan con seis atletas olímpicos como embajadores de su "recuperador natural".
El también triatleta Iván Raña fue el que llamó la atención de Pablo Dosil, otro de los fundadores de la compañía. "Salieron a correr juntos por la playa y cuando terminaron Iván se metió al agua a llenar una garrafa de agua porque era su manera de hidratarse después de una carrera". En ese momento, Dosil pensó que si un campeón del mundo utilizaba este remedio natural es que existía un mercado.
"Así empezó la aventura, hace ya tres años, cuando Pablo me pidió que le ayudase a diseñar un logo y crear una imagen de marca". Juanra Martínez llegó de esta forma a la familia de Artio y fue él quien dio forma y color a la "idea loca" de Pablo y Antón. "Pensé que por qué no, el mar es un recurso natural y nosotros tenemos a mano los mejores mares del planeta".
"No es nada mágico: el cuerpo humano es salado"
Antón y su hermano pequeño, el también triatleta Iago Ruanova, empezaron a investigar sobre los beneficios del agua de mar como recuperador a raíz de la insistencia de varios preparadores físicos. "Nos pareció una locura las primeras veces, hasta que nos lo comentó un profesional en el que confiábamos mucho y nos decidimos", cuenta.
Así descubrieron que ya a principios del siglo XX el fisiólogo francés René Quinton investigó sobre el agua de mar y sus beneficios para la salud. "Nuestro interior es salado: las lágrimas, el sudor, la sangre…", dice Antón, "si lo piensas en el fondo tiene sentido que el agua de mar ayude más a recuperar que cualquier otra bebida".
El problema, claro está, es que el agua de mar presenta una concentración de sal cuatro veces superior a la del cuerpo humano, por lo que es necesario mezclarla con agua mineral. "La hacemos isotónica mezclándola en una proporción 80/20, lo que además hace que no tenga un sabor desagradable".
Ruanova cuenta que, a raíz de investigar sobre el tema, se dio cuenta de que el agua marina contiene "los mismos 78 minerales que los fluidos del cuerpo humano, mientras que las bebidas isotónicas comerciales a las que estamos acostumbrados contienen 5 o 6 como mucho". Por esta razón, confiesa, notaron los buenos resultados de probar este recuperador casi de inmediato.
Orgánico y natural
"Al tratarse de minerales orgánicos sin aditivos artificiales son más fácilmente asimilables". Antón y Juanra coinciden en que el verdadero secreto de Artio es que es un producto 100% natural, no tiene ni conservantes, ni colorantes, ni, por supuesto, azúcares. "Utilizamos procesos de pasteurización para fabricarlo".
Este fue uno de los mayores escollos con los que se encontraron los tres gallegos a la hora de lanzar su marca, pues pocas fábricas utilizan estos procesos "y algunas no están dispuestas a utilizarlos con agua de mar". Mencionan, por ejemplo, la industria láctea, que no quiso correr el riesgo de "contaminar" su maquinaria con un líquido que, como todos los habitantes de la costa saben, a la larga oxida el metal. "Había que hacer una inversión para adaptar los sistemas de producción y muchos no estaban dispuestos, como es lógico".
Por eso dedicaron un año entero a configurar los dos pilares básicos de Artio: la búsqueda de un sabor y la búsqueda de una fábrica. "Encontrar un sabor fue complicado porque nos pasamos un año haciendo de cocinillas y mezclando el agua de mar con agua mineral en distintas proporciones y con sabores de todo tipo", ríen. Finalmente, la clave fue quedarse en "los básicos": naranja y limón. "Sabores cítricos, frescos y muy habituales, descubrimos que le quedaban muy bien".
La otra búsqueda llevó algo más de tiempo y acabó resolviéndose de la forma más inesperada. "Descubrimos una asociación de salud mental en Dodro (A Coruña) que fabrica sus propios zumos naturales sin conservantes, por lo que utilizan la pasteurización", cuenta Juanra. Así comenzaron a fabricar y envasar con Andaina sus bebidas "con el valor añadido de que son productos artesanales creados con mucho mimo".
"No hay secreto"
Artio nace de la necesidad de envasar el "remedio natural" que ya utilizaban muchos deportistas, por eso sus fundadores insisten en que ellos no han inventado nada. "Nos hemos limitado a ponerle un sabor rico a la bebida que ya utilizaban personajes tan conocidos como por ejemplo Rafa Nadal, que sorprendió a todos bebiendo agua de mar mientras jugaba un Open de Australia".
Por eso utilizaron los testimonios de los propios deportistas para lograr ese sabor que hoy caracteriza a Artio. "De hecho, Vero Boquete y Borja Golán son nuestros embajadores porque confiaron en nosotros desde el principio y nos apoyaron porque creían en el proyecto", dice Antón. A ellos se suman hoy nombres tan importantes del deporte español como los olímpicos Teri Portela, Ana Peleteiro, Adrián Ben, Diego Botín y Iago López Marra y Caetano Horta: "es un orgullo que, con solo tres años de vida, seis deportistas nos llevasen a Tokio".
Precisamente es de los deportistas de los que se nutren para asegurar que su bebida tiene un sabor agradable. "Jugamos contra la psicología porque todos nos imaginamos ese trago de agua de la playa cuando viene una ola y nuestra bebida no tiene nada que ver", reconoce Juanra. "De hecho, nuestros embajadores lo son porque les hemos dejado probar el producto durante un tiempo y les ha gustado", dice Antón, "además de que en el rendimiento deportivo se nota la diferencia".
Cuentan que la gran barrera, además de la psicológica, es el azúcar "porque tradicionalmente las bebidas isotónicas son hiperazucaradas y nosotros no utilizamos nada". Por eso le han añadido sabores cítricos, que aportan frescor y "ayudan a crear esa sensación de que quita la sed, aunque nuestra gama Pro está pensada para deportistas de alta intensidad y no lleva siquiera sabor".
Para todos los públicos
"Nuestra bebida está diseñada por deportistas para deportistas, pero nuestro público no se limita al mundo del deporte", comenta Juanra. Reconoce que en los últimos meses les han llegado muchas solicitudes de clínicas de nutrición, no solo deportiva, "además de hospitales y matronas, que la recomiendan a mujeres embarazadas".
Aunque sorprenda, la lógica es aplastante: "durante el embarazo la mujer necesita un mayor aporte de macronutrientes, pero también de nutrientes y vitaminas, así que un agua fuertemente mineralizada presenta muchísimos beneficios". Antón explica así cómo comenzaron a suplir a este público también, de forma inesperada pero exitosa.
Por otro lado, la intención de los fundadores de los fundadores de Artio es "llevar el agua de mar a todo el mundo" y hacer partícipe de sus beneficios a la población general. "Por eso hemos creado la gama Go, que solo lleva un 3% de agua de mar y algo de Stevia, o la Sport para gente que practica deporte sin profesionalizarse". También fabrican geles deportivos o incluso barritas energéticas "que como están hechas a base de dátiles o higos pueden resultar incluso muy dulces", ríen.
"Nuestra línea no se queda solo en lo deportivo ni en la salud", comenta Juanra, "sino que tenemos a mucha gente muy diferente consumiendo nuestros productos por muchísimas razones". Admiten que en muchas ocasiones la gente llega a ellos porque "está de moda" consumir alimentos sostenibles y saludables, "por lo que la gente que lleva un estilo de vida sano nos elige también".
Sea del modo que sea, Artio ha conseguido, en apenas tres años, llevar un poquito de la Ría de Arousa a cada esquina de España. Eso sí, con sabor a limón.