Graduado en dirección de empresas y Doctor en comunicación por la Universidad de Vigo, Javier Cebreiros, trabaja como formador y divulgador y está especializado en el área emocional. Durante su carrera ha impartido numerosas conferencias y ha trabajado con grandes compañías o instituciones entre las que se encuentran Inditex, HP, el Real Club Celta de Vigo o Johnson & Johnson.
Defiende un modelo de comunicación basado en la máxima "para ser mejor comunicador, hay que trabajar por ser mejor persona". Así, el primer paso para mejorar nuestra manera de comunicar, ya sea en el entorno laboral o en cualquier faceta de nuestra vida, será siempre, según este experto, "empezar por uno mismo".
Con profundo espírtiu emprendedor y un halo de positivismo envidiable, este comunicador gallego no oculta que se siente afortunado por vivir de lo que más le gusta. Sus dos grandes pasiones, confiesa, son la comunicación y las personas y asegura que vive "con el convencimiento de que es la herramienta más poderosa que tenemos para transformar un equipo, una familia o toda una organización".
Javier Cebreiros es autor del libro Olvida tu lenguaje corporal, que va ya por la duodécima edición, y suma casi un millón de visualizaciones en su charla TedxTalk ¿Qué hace único a un gran comunicador? Le preguntamos sobre el quid de su método de trabajo.
¿Cuál es la clave de tu trabajo con las diferentes empresas u organizaciones?
Todos los días, de un modo u otro, nos comunicamos con otros seres humanos y, en función de esa comunicación, no solo tendremos más o menos resultados, sino que tendremos más o menos satisfacción. Un equipo no rinde igual si hay buen ambiente, una persona no trabaja igual si se siente reconocida y nosotros llegaremos a casa diferentes en función de con quién hayamos conversado hoy.
La comunicación entre las personas, incluida la que tenemos con nosotras mismas, es una de las variables que más va a cambiar nuestro día a día y, por tanto, nuestra vida.
¿Cuáles son las principales carencias en las compañías, organizaciones o instituciones en materia de comunicación?
Las compañías son un reflejo de las personas que las crearon; por lo que no creo que sean las empresas las que carecen de nada, sino solo algunas personas. En las organizaciones en las que me encontré a líderes humildes, felices y trabajadoras; respiré humildad, felicidad y trabajo.
Se habla mucho en las organizaciones de cuidar su capital humano, pero el estrés laboral es uno de los grandes males del siglo XXI. ¿Qué está pasando? ¿Hacia dónde vamos?
Admiro más a las organizaciones que cuidan a sus personas que a las que dicen que las cuidan. En mi opinión, el ejemplo es la mejor comunicación. Como esa máxima educativa que defiende que "no te preocupes por hablar con tus hijos que te ven todos los días".
¿Ser feliz en el trabajo es importante? ¿Es responsabilidad de cada uno? ¿Cuáles son las claves para lograrlo?
Me resulta imposible decirle a algunas personas que es su responsabilidad. Tuve la suerte de trabajar con gente en situaciones muy desfavorecidas y entendí que ser feliz es, de algún modo, un privilegio.
Me gusta mucho la idea de sentido, de Viktor Frankl, que defiende que a pesar de los sacrificios, y no necesariamente con felicidad, cualquier vida es susceptible de encontrar sentido. Esa es la gran suerte de la humanidad; el esfuerzo de una madre durante años, haciendo horas extra por un sueldo que simplemente le permita subsistir, tendrá sentido si con él consigue que su hija tenga una vida mejor. Es duro, complicado e injusto, no creo que otorgue felicidad, pero sí que podrá vivir con la satisfacción de que el esfuerzo tuvo sentido.
Precisamente por esta realidad, lo que me da más pena en realidad es comprobar la cantidad de personas en situación de privilegio que viven carentes de satisfacción, plenitud o humanidad. Si pudiese hacerles una recomendación que seguro mejoraría su vida: que ayuden a los demás.
Para mejorar nuestra forma de comunicar, ¿por dónde empezamos?
Por nosotras mismas. Las personas no podemos comunicar de forma auténtica nada que no tengamos antes dentro. Justo en comunicación, donde abundan libros y técnicas de cómo comunicarse con otros, creo que nos falta mucho trabajo de cómo comunicarse con uno mismo. Mi consejo más recurrente: terapia. Conocerse, aceptarse y hablarse bien, puede cambiarnos la vida.
¿Cuál es la mejor conferencia o formación que has dado y por qué?
Me considero un privilegiado, no solo por haber encontrado aquello que me llena, sino por poder vivir de ello. Si tuviese que elegir algunas, me quedaría sin dudar con aquellas que me permitieron conocer a personas que admiro, aprender cosas que me cambiaron la mirada o vivir experiencias en lugares que siempre llevaré conmigo. Tengo cientos de recuerdos maravillosos.
En tu libro, Olvida tu lenguaje corporal, hablas de autenticidad. ¿Se comunica mejor siendo uno mismo?
Comunicamos lo que somos. Estoy un poco cansado del modelo de comunicación "exitosa" que nos han vendido: seguridad, sonrisa, tono de voz… ¿Qué hay de malo en ser tímido? ¿Por qué alguien serio tiene que sonreír?
Resulta curioso ver que, a veces, admiramos a personas que no nos caen bien; quieres comunicar como tu jefe, y tu jefe le cae mal a todo el mundo. Puede que tú, pese a la timidez y la introversión, ya comuniques mejor que él. Comunicar va más de ser que de parecer. Comunicar es conectar con otra persona y no hay un solo camino, sino cientos. Claro que puedes ser tú misma y comunicar bien.
Destadas también en tu modelo de comunicación la importancia de trabajar por "ser mejor persona" y me viene a la mente la palabra bondad. ¿Comunican mejor las personas buenas? ¿Las buscan las organizaciones o funciona la cultura del miedo? ¿Realmente triunfan los buenos?
¿Quién se considera mala persona? Todo depende de los valores que usemos para medir. ¿Qué es triunfar? En las formaciones me gusta mucho hacer la siguiente pregunta: "¿Qué es más importante, tener éxito o sentirse una persona exitosa?". La respuesta, casi en su totalidad, suele ir por la segunda opción; la realidad no tanto.
Claro que funciona la cultura del miedo, pero es que también funciona la cultura de la colaboración; ¿cuál vamos a elegir? Me cuesta entender de qué vale el dinero si es a costa de dañar a otros. Supongo que, en parte, me dedico a recordarle a las personas que pueden elegir entre esos dos caminos y que, el de la contribución, suele venir acompañado de satisfacción.
¿Cómo han evolucionado las necesidades de comunicación o las inquietudes sobre la misma en las organizaciones tras la pandemia? ¿Has notado este cambio en lo que respecta a tu trabajo?
Creo que la pandemia ha generado cambios en la forma de trabajo que abren muchas posibilidades pero tienen muchos riesgos.
En un ejemplo muy futbolero y visual, ¿cómo lograría la selección de fútbol argentina la misma unión sin poder cantar o celebrar las victorias en el vestuario? Lo llevo a la empresa y pienso: ¿cómo conseguir equipos unidos si trabajamos separados? También me hace dudar lo presencial por lo presencial: ¿para qué ir a una oficina si no me aporta ningún valor?
Pienso que vamos a ver muchos cambios en ambos modelos porque, al fin y al cabo, a las personas nos gusta sentirnos parte de algo y quien mejor sepa lograrlo, más talento atraerá.