Bajo la óptica de una auténtica trabajadora del mar en Galicia y en el marco de un escenario natural incomparable como es la extensa ría de Arousa, desde el año 2019 el proyecto en redes sociales de Mariscadora 2.0 trata de concienciar sobre la dureza y el valor de muchos oficios tradicionales de esta región tan vinculada al océano. Detrás de este proyecto viral y divulgativo se encuentra María Fontán, una joven mariscadora de Cambados que un buen día decidió hacer de su oficio un arte visual con la publicación de todo tipo de contenidos sobre el día a día de las mariscadoras gallegas a través de plataformas como Instagram, TikTok, Facebook e incluso X ―antes Twitter.
Lo cierto es que María Fontán se inició en el mundo del marisqueo allá por el año 2014, cuando tenía sólo 23 años y una trayectoria laboral que anhelaba algo más de estabilidad. "En ese momento llevaba año y pico en paro y había estado encadenando un trabajo tras otro sin encontrar nada estable; en una depuradora, una cooperativa de hortalizas…", recuerda Fontán. "Mi hermana había empezado en el marisqueo en 2012 y para ello tienes que hacer una serie de cursos que te dan puntuación para cuando la Xunta abre las listas para entrar (…) como yo estaba en el paro pensé en aprovechar el tiempo y hacer algo productivo", agrega esta gallega sobre una decisión que le permitió acceder a la Cofradía de O Grove en la que lleva faenando ya casi una década. "Desde mi sector de marisqueo están encantados de que muestre nuestro trabajo y que la gente empiece a darle valor", reconoce la impulsora de Mariscadora 2.0.
Así es el diario virtual de una mariscadora gallega
De un tiempo a esta parte, el sector del raño arousano ha encontrado una figura capaz de visibilizar una de las tradiciones más milenarias de las Rías Baixas: el marisqueo tanto a pie como a flote. María Fontán es la cara visible dentro de una esfera que auna a más de un millar de mariscadoras en activo que se reparten por todo el litoral de la ría de Arousa desde O Grove hasta Carril (Vilagarcía de Arousa). "Las mariscadoras trabajamos, depende de la marea, entre 13 y 15 días al mes", aclara María. "Ahora quizás tanto porque ha cambiado mi situación de trabajo (…) pero desde el 2019 hasta casi día de hoy todos los días que voy siempre subo una foto o un vídeo de lo que me pasa: que si encuentro una almeja que tiene una forma extraña, que si hay un temporal… lo que viene siendo el día a día", precisa.
Esta influencer del mar reconoce no tener una hoja de ruta en el proceso de creación de contenidos para las diferentes cuentas en redes de Mariscadora 2.0, sino que es en el propio entorno y su trabajo diario donde encuentra la inspiración para sus publicaciones. De hecho, hay vídeos que se han hecho especialmente virales ―casi sin quererlo― y que suman miles y miles de visitas a sus espaldas, entre ellos una grabación con más de 360 mil visitas que muestra la crudeza del oficio en una jornada de climatología adversa. "Los temporales son sin duda uno de los mayores desafíos a los que tenemos que enfrentarnos. El trabajo no es que sea difícil, es duro, sobre todo cuando el clima no está a nuestro favor", explica la mariscadora. "Desde que comparto este tipo de contenido noto que la gente le da más valor a nuestra profesión (…) Se repite mucho el comentario de: a partir de ahora no me quejaré de que las almejas o berberechos están caros".
Períodos de vigilancia contra el furtivismo en la ría, campañas de resiembra, diferentes tipos de almeja e incluso alguna que otra jornada de recogida de residuos han quedado ya plasmados en el muro virtual de Mariscadora 2.0. Un trabajo tan divulgativo como concienciador donde las realidades más crudas y bonitas del marisqueo se encuentran reflejadas a partes iguales. Y es que María Fontán es una de esas mariscadoras de auténtico vocación (tardía, pero al fin y al cabo, vocación) que disfrutan de su trabajo y todo lo que este representa ―"Cando che gusta o que fas… nótase", escribe esta influencer del mar en sus redes. "El marisqueo es un oficio tradicional que prácticamente se hace de la misma manera que antaño. Para nosotras es nuestra profesión, de lo que vivimos, y lo único que queremos es ser visibles y valore lo que hacemos", señala María sobre un mensaje que transmite día a día a través de las redes sociales.
La situación del marisqueo en la ría de Arousa
La ría de Arousa ha iniciado una nueva campaña de libre marisqueo que preocupa al sector gallego, no sólo por la pésima situación de las zonas de trabajo sino también por la escasez de moluscos en estos medios. Lo cierto es que a estas alturas de la película resulta muy extraño, hasta casi imposible, observar los raños de las mariscadoras, en cada salida a la superficie, cargados de bivalbos capaces de colmar los capachos. María Fontán lleva cerca de una década a pie de mar y según su propia experiencia, esta mariscadora cambadesa reconoce que ha "notado mucho, año tras año, que cada vez hay menos marisco".
Este déficit de moluscos, que además repercute más tarde en sus precios, se hace especialmente preocupante en el caso de las variedades de almeja propias de la zona, es decir: la fina, la babosa y el berberecho incluido. En el caso particular de la almeja japónica, la cual lleva ya varios años asentada en el territorio gallego, esta especie resiste mucho mejor a las condiciones cambiantes de las rías gallegas, como por ejemplo en cuanto a temperatura o salinidad. "La falta de ese marisco se nota muchísimo, pero sobre todo este año que ha sido tan de tanto calor. Y en el tema de las algas igual (…) a partir de septiembre-octubre ya casi no debería haber calor y estamos casi a punto de llegar a noviembre y aún tenemos muchísimas algas en la playa". Estos mantos de alga marina sobre las zonas de trabajo obliga a las mariscadoras a dedicar jornadas enteras a la retirada de estas plagas para evitar que la almeja se ahogue por la presión de las mismas.