Las latas de conservas, puestos a comparar, serían como el fondo de armario llevado a la gastronomía: un producto básico que ocupa las despensas de todos los hogares y que a más de uno le ha salvado de un apuro. Aunque lo cierto es que durante muchos años fueron etiquetadas simplemente como eso, una comida de "supervivencia", ideal para aquellos correcaminos del tiempo a los que calentar una crema durante tres minutos ya les parecía una eternidad.
Sin embargo, poco a poco las conservas han ido abriéndose camino en el mercado culinario, ganando adeptos y también popularidad. Gwyneth Paltrow las defendió cuando recorría España con el documental "Spain… on the road again", y reconocidos chefs con estrellas Michelin, como Pepe Solla, Joan Roca o Ferrán Adrià, han ensalzado sus virtudes y recomendado su uso (incluso incorporándolas a sus propias creaciones) en más de una ocasión.
En la zona del Salnés, la empresa Conservas de Cambados lleva dedicándose al mundo de la lata artesanal, especializados en pescados y mariscos, desde el año 1985. Las rías gallegas tienen una enorme riqueza marina que favorece el cultivo de bivalvos como el berberecho o la almeja, y otros moluscos como el mejillón. De hecho, en Galicia hay cerca de 3.500 bateas dedicadas al cultivo de este último, situadas en su mayoría en las aguas de la ría de Arousa. "De nuestras rías procede la mejor materia prima que seleccionamos cuidadosamente", aclara la conservera en su página web.
Además de por una buena materia prima, en Conservas de Cambados apostaron desde el primer momento por mantener una elaboración tradicional, con el fin de obtener un buen producto artesanal y de muy alta calidad. Así el proceso de limpieza, empacado y la meticulosa colocación de las conservas son parte de la seña de identidad de la marca. ¿El resultado? Comida preparada, racionada, bien conservada y que sirve como base para platos elaborados y equilibrados, o para los picoteos más exquisitos. La versatilidad de las conservas es infinita.
Más de 35 años aprovechando todo el sabor del mar
La historia de Conservas de Cambados es relativamente reciente. Su fundador, José Luis Alfonso, decidió probar suerte con lo que realmente le gustaba: las conservas. Un tiempo después de dejar su antiguo trabajo en la banca abrió su primera fábrica en el pueblito marinero de Portonovo (Sanxenxo), en 1985. En sus inicios, la compañía se alzó sobre los pilares básicos de la conserva gallega: el mejillón, la sardinilla y el berberecho.
Desde sus primeros años, la firma decidió apostar por la innovación constante y el mercado gourmet, mentalidad que mantienen viva varias décadas después. En el 89 lanzaron su original y característica presentación de latas con red (de las usadas para pescar), que les sirvió para diferenciarse y abrirse hueco a gran velocidad en el mercado dentro de nuestras fronteras. Aunque poco tardaron en dar el salto a otros países, ya en el año 1990 comenzaron a exportar a Centroamérica.
Tan sólo 5 años después de su fundación, Conservas de Cambados empezaba a experimentar un considerable aumento en el número de ventas. El siguiente paso que dió la empresa fue el de ampliar sus instalaciones (hasta los 2.500 metros cuadrados), así se trasladaron al vecino municipio de Ribadumia. Fue en esta misma época cuando se consagraron en el mundo de las conservas selectas, sin olvidarse en ningún momentos los productos tradicionales.
Ya en el año 2008 el ritmo de crecimiento era tan grande que la apertura a nuevos mercados internacionales llegó rodada, con exportaciones a países como Estados Unidos, Francia o Italia en esas mismas fechas. Hoy la lista ha crecido considerablemente y las ventas al extranjero suponen alrededor del 60% para esta empresa.
Más que una simple lata: las variedades gourmet
La idea principal de su fundador era la de convertir un artículo tan sencillo como puede parecer una lata en un producto de alta gama. En la actualidad, el pilar fundamental de Conservas de Cambados está en sus variedades gourmet, realizadas artesanalmente a partir de una cuidada selección, hecha directamente de las lonjas, y siguiendo recetas tradicionales y naturales de cocineros expertos. Parte del éxito alcanzado recae también en sus packagings exclusivos, con diseños modernos y cuidados, y un interior que no abandona el sabor tradicional. Otro tanto se lo lleva la vocación de la empresa por renovarse y ofrecer nuevos productos constantemente.
Aguja y filetes de aguja, angula, berberecho, navaja, lamprea do Miño, melva canutera, pastel de merluza o el manjar de hígado de rape y pato son sólo algunas de las más de 20 variedades que ofrecen en Conservas de Cambados. Sabores enlatados que atesoran lo mejor de las rías gallegas. Si bien es cierto que también ofrecen productos de otras zonas, como el atún rojo del Mediterráneo.
La conservera distribuye sus productos a través de tiendas especializadas en delicatessens, diferentes locales del sector de la hostelería y la restauración o en el Club Gourmet de El Corte Inglés, y por su puesto, mediante su propia página web, donde además ofrecen lotes para regalo que van desde los 21 a los 132 euros en su versión más cara.