Desde 2019 Anfaco-Cecopesca ha solicitado activamente a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) un examen profundo de la aplicación de ‘NutriScore’ a las conservas y semiconservas de pescado y marisco por considerar que no califica correctamente su calidad nutricional, con el consiguiente perjuicio de su imagen.
En una línea de colaboración responsable, Anfaco-Cecopesca ha aportado un análisis técnico legal con el fin de que se considere la adaptación del algoritmo ‘NutriScore’ a las conservas de pescado y mariscos y otras semiconservas, a fin de considerar la calidad de sus proteínas, su contribución a las necesidades de omega 3 de la población, y la riqueza de otros nutrientes esenciales, que las convierte en uno de los alimentos más completos y paradigma de conveniencia y disponibilidad.
La valoración de la calidad nutricional del baremo ‘NutriScore’ adolece de una falta de precisión cuando se aplica a las conservas de pescado y marisco, puesto que no tiene en cuenta particularidades relevantes como su alto contenido en proteínas y aminoácidos esenciales; la óptima calidad de su grasa; el alto contenido en vitaminas de los grupos B, D y E; el alto contenido en minerales; la utilización exclusiva de aceites saludables como oliva, soja o girasol; la disponibilidad estacional y su valor asequible; y la facilidad y comodidad de su uso.
A favor del etiquetado nutricional, en contra de ‘NutriScore’
Desde Anfaco entienden que ‘NutriScore’ no es una herramienta útil para impulsar la reformulación de los alimentos con objeto de que sean nutricionalmente más saludables. Sí consideran útil la introducción a escala de la UE de un régimen armonizado de etiquetado nutricional FOP (etiquetado frontal por sus siglas en inglés), que ayudaría a los consumidores a elegir alimentos saludables y a las empresas alimentarias a racionalizar sus costes, facilitaría el seguimiento y control por parte de las autoridades competentes y evitaría el riego de restricciones a la libre circulación de mercancías.
Piden que se reconsidere la aplicación obligatoria de ‘NutriScore’ en 2022, puesto que afirman que todavía no existe un consenso europeo en materia de etiquetado en el frontal del envase. También hacen referencia a la injusticia que se comete al permitir que los productos con Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP) puedan autoexcluirse voluntariamente de la participación en el sistema si éste los perjudica.