Apple, Microsoft, Disney o Amazon son grandes empresas que comenzaron en un garaje, pero no hace falta cruzar un océano para encontrar un proyecto de éxito que diese sus primeros pasos en una estancia hogareña. Así comienza la historia de Don Disfraz, la empresa de Ponteareas que hoy distribuye disfraces por medio mundo.
El origen está en una tienda del pueblo que vendía de todo; un bazar que a su oferta sumaba el alquiler de disfraces para carnaval y para las fiestas medievales que se recreaban por la zona. Los hijos de los dueños de esta tienda, Pilar y Roberto Rodríguez, vieron el tirón que tenía aquello de los disfraces, así que, en 2007, fundaron su propia empresa para desarrollar una vía de negocio que, entendían, era fructífera.
Los primeros pasos los dieron en el bajo de la casa de sus padres, pero en lugar de ordenadores, chips y microprocesadores, en él guardaban disfraces para alquilar. En su primer año de vida se dieron cuenta de que arrendar los trajes les suponía un excesivo trabajo; por ejemplo, con los de temática medieval, era excesivamente costosa la reparación de cada uno de los detalles que contenían. Así que decidieron adquirir un pequeño stock y dedicarse a la venta online.
La vocación digital estuvo ahí desde el principio. Hablamos de 2008, "el internet de 2008", puntualiza Lía Novoa, directora de marketing de Don Disfraz, a Treintayseis. Es decir, los pedidos seguían llegando por vía telefónica y el almacén carecía de un stock informatizado.
De Ponteareas al mundo
Pero el impulso para el gran salto ya se había tomado. Acompañando las ventas con una tienda física, que mantienen en diferente localización, en los tres años siguientes, los envíos a lo largo de España se comenzaron a multiplicar hasta que llegó el momento de mirar hacia fuera de nuestras fronteras. Francia fue el país elegido.
El país vecino fue la opción seleccionada por su cultura del disfraz, tanto en el carnaval como en las celebraciones medievales, además de por la cercanía: el tiempo de recepción de la mercancía era muy similar al de España. Monsieur Deguisement, la web francesa, comenzó a funcionar en 2012 y abrió las puertas de Europa.
El crecimiento siguió con Alemania, con un mercado más maduro y más competitivo, a lo que se suma los tiempos de entrega más largos, e Italia, un país que, además de disfrazarse, "son unos locos de la Navidad", apunta Lía. Ahora, acaban de lanzar su web para Portugal. Las ventas de Don Disfraz también llegan desde Amazon, donde venden en otros países, como Reino Unido, otro lugar con mucha tradición de disfraces.
Las modas traducidas a disfraces
En cada web nueva, una persona se encarga no sólo de traducir al idioma del país, sino también de seguir y atender a las tendencias que sean susceptibles de "convertirse en disfraces". Las series de moda son punto de referencia, pero también las referencias con más antigüedad. "Los Picapiedra triunfan muchísimo en Italia, por ejemplo", comenta Lía, "pero también es curioso ver la evolución temporal de las modas en cada país, como el caso de La casa de papel: el boom que vivimos en España llegó algo más tarde a Alemania".
Para este Halloween, el disfraz estrella es el de la serie de moda, El juego del calamar. En sólo una semana, se vendieron 1.200 unidades, con 200 pedidos al día, que ya superan los 3.000 solicitados por toda Europa con un stock que se agota cada vez que lo reponen. En este caso, cuando la serie se convirtió en la número uno en Netflix "y empezaba el run run", los trabajadores de Don Disfraz se pusieron "alerta".
Con el disfraz agotado en todo el mundo, tomaron la decisión de fabricarlo ellos mismos. Se pusieron en contacto con un proveedor que tenían en Zaragoza que se lo hizo a medida. Un trabajo que fue a contrarreloj: "Sólo nos dio tiempo a fabricar los disfraces de los guardianes y el del líder", explica la directora de marketing de Don Disfraz. "Está siendo una locura", asegura.
En este caso, se están superando todas las expectativas y su lanzamiento supera ya el del disfraz de Satisfyer, que puso el foco en la empresa ponteareana en 2020. "El equipo está siempre en ‘modo disfraz‘ y veíamos que se empezaban a mover muchas bromas relacionadas con el aparato, así que supimos que había que convertirlo en disfraz. Fue un boom mediático y de ventas".
Pero no sólo las modas triunfan, siempre hay hueco para los clásicos. En este Halloween, en el top 10 aparecen Harley Quinn, del Escuadrón Suicida, el muñeco Chucky, los Cazafantasmas o el payaso de IT, además de los disfraces de esqueleto, murciélago o calabaza.
Pandemia y recuperación de la normalidad
En marzo de 2020, la pandemia llegó a Don Disfraz haciendo los mismos estragos que en el resto de las empresas. Eso sí, lo hizo después de que se celebrasen los carnavales, que suponen más de la mitad de la facturación anual. Pero la desconfianza con los productos llegados desde China había comenzado poco antes. "Teníamos clientes que desde Alemania nos decían que no querían recibir los productos que llegasen de China. Por suerte, pudimos cerrar la campaña; dos semanas después, nos confinaron".
Durante el confinamiento, las ventas de disfraces continuaron, especialmente con pedidos de padres para sus hijos, buscando entretenimiento en los momentos en los que no se podía salir de casa. Algo parecido a lo que ocurrió en los pasados carnavales, que con las restricciones se limitaron a los disfraces para que los más pequeños fuesen disfrazados al colegio.
La pandemia también les hizo mirar hacia otro nicho de negocio: el de las mascarillas. Por un lado, relacionadas con las temáticas de los diferentes disfraces, pero también aprovecharon para hacer lanzamientos relacionados, por ejemplo, con la Navidad. "De manera muy local, lanzamos unas mascarillas con la frase 10 millones de luces LEDS, que enviamos también al Concello de Vigo y que fueron muy bien acogidas".
Un Halloween de vuelta a la normalidad
Un año después, este final de octubre apunta a que será el comienzo de la recuperación después de una etapa muy dura. Por el momento, del almacén de Don Disfraz, que dentro del sector es el más grande de España, han salido casi el doble de pedidos que en la misma fecha del último Halloween de 2019. "Estamos muy sorprendidos, porque pensábamos que la vuelta a la normalidad sería más lenta, que la gente aún estaría con pocas ganas, pero se ve que tenemos ganas de disfrazarnos y de volver a celebrar", asegura Lía.
El producto infantil representa casi un 65% del total de los pedidos y la venta del disfraz de adulto ha subido con respecto al año pasado. Una situación que es común en toda Europa, según explican desde Don Disfraz, que cuentan con cerrar esta campaña con mejores cifras, incluso, que las de hace dos años.
Con un catálogo de más de 15.000 productos, Don Disfraz es una de las tres principales de empresas de disfraces de España y que ha convertido a Ponteareas en punto de referencia a la hora de encontrar la vestimenta perfecta para mutar en el personaje que cada uno desee. Como se ha comprobado con El juego del calamar, si alguien se ha imaginado un disfraz, ellos lo tienen.