Hace ya dos años, de la mano de Nerea Gonçalves, el proyecto de Tribu Coworking empezó a cobrar vida ―bajo el lema de conectar, colaborar y cooperar― en las entrañas de una vivienda centenaria en el rural de O Porriño. Desde su puesta en marcha, este espacio de trabajo flexible, abierto tanto a empresas como a emprendedores, ha querido "fomentar una cultura a favor de la innovación y la transformación social", también con el objetivo de contribuir a un mundo mucho más sostenible e inclusivo, en consonancia con la Agenda 2030.
La experiencia profesional de su impulsora en el extranjero, donde este tipo de negocios son mucho más habituales, fue la semilla que hizo que Tribu Coworking empezase a germinar. "Para mi una parte fundamental del coworking era el poder solventar una de las mayores crisis que tenemos los emprendedores: el sentirnos solos y sin apoyos", relata Nerea. "Yo huía del clásico coworking (…) en realidad, el espíritu de estos espacios es el tener una agenda activa ―de hecho también realizan eventos y formaciones―, el promover que las personas que están aquí interactúen entre ellas", añade la creadora. En definitiva, un quid pro quo con miras a que los usuarios de Tribu puedan "crecer y hacer crecer" con esta experiencia compartida.
Tribu: mucho más que un espacio de trabajo
En poco tiempo, Tribu Coworking ha conseguido convertirse en un auténtico referente del trabajo colaborativo en Galicia. O más bien, del trabajo colaborativo en en el rural gallego, ya que el espacio está ubicado en una zona estratégica alejada de los grandes núcleos urbanos y aplica unas tarifas muy asequibles y competitivas. Aún así, el punto en el que se encuentran las oficinas está a tan solo 15 minutos de lugares como Vigo, Tui e incluso Portugal. "Que fuera área rural era imperactivo", afirma Nerea. "Todo el mundo suele ir hacia las grandes ciudades porque piensa que allí hay muchas más oportunidades. Nosotros creemos que en el pueblo pasan cosas. Ese es nuestro slogan".
Su ubicación no es el único aspecto disruptivo del proyecto. Del mismo modo, el ambiente del espacio juega un papel muy importante en el coworking de Tribu. "Invertimos mucho en la decoración, en hacer unas instalaciones que diesen un respaldo y generasen un sentimiento de sentirse grandes", asegura Gonçalves. Cuando llevaron a cabo la reforma y rehabilitación de la casa (en su día fue un antiguo molino), una de las máximas del proceso fue el utilizar, en la medida de lo posible, materiales reciclados y naturales. Una ambiciosa apuesta por la economía circular que ha dado como resultado un espacio versátil para el trabajo y la colaboración activa, en el que hoy por hoy conviven un heterogéneo grupo de perfiles profesionales. "No buscábamos generar un nicho muy concreto", asegura su impulsora, ya que en cierto modo, la comunidad de Tribu se nutre y retroalimenta de esa diversidad que la conforma.
El espacio de este coworking en O Porriño se encuentra divido en dos niveles, además del jardín y la terraza: "la planta baja es lo que nosotros llamamos la planta dinámica, que está pensada para la gente que viene de forma puntual para actividades específicas o la agenda propia del coworking", aclara Nerea. Aquí las instalaciones incluyen una sala de formación con capacidad para unas 20 personas, otra sala de reuniones (14€/h), así como los puestos flexibles y una pequeña zona chill out. El resto de puestos fijos, despachos, salas compartidas y el office se encuentran repartidos en la primera planta. Las tarifas de alquiler de estos espacios oscilan entre los 110 y 300 euros al mes, como en el caso de la oficina doble para equipos.
Más allá del espacio físico, en Tribu Coworking también disponen de oficina virtual que, según aclara su creadora, "está pensada también para emprendedores o empresas que necesitan una domiciliación fiscal". Además, este servicio online permite 2 horas de reuniones presenciales gratuitas al mes o servicio de recogida y entrega de paquetería. Actualmente, entre 10 y 12 personas/empresas se encuentran registradas en este servicios online, provenientes de los sectores laborales más diversos y que favorecen a su vez la filosofía de confluencia del coworking.
La agenda activa del coworking
Tribu Coworking es mucho más que un lugar colaborativo de trabajo. Este proyecto pionero saca a relucir su lado más creativo, instructivo y emprendedor a través de una agenda propia de eventos. En la página web del espacio, una frase reza que "todo, o casi todo, tiene cabida en este centro cultural". Y aunque las restricciones de la pandemia limitaron en gran medida la celebración de reuniones, formaciones o presentaciones, en el horizonte de Tribu está el abrir las puertas a todo tipo de eventos a gran escala. "Nuestro principal punto de inflexión en esto es que sea algo que favorezca tanto al espacio como a la gente que trabaja aquí y a la zona", expresa Gonçalves sobre la iniciativa.
Uno de los primeros eventos impulsados desde este espacio de O Porriño fueron los "Markets na tribu", unos mercados pensados para aquellas "personas que no tienen tiendas físicas y necesitan visibilidad o darse a conocer". Las dos primeras ediciones resultaron todo un éxito, por lo que desde Tribu han decidido implementar estas ferias de manera habitual: "lo hemos establecido los segundos sábados del mes". Así, entre 12 o 18 marcas tienen la oportunidad de conocer el espacio de primera mano y exponer al mismo tiempo sus productos en él.
Según aclara Nerea Gonçalves, otra de las vías que les gustaría seguir desarrollando es la parte más pedagógica de la agenda, dedicada sobre todo al emprendimiento y los negocios. "Ahora estamos buscando una serie de ponentes para hacer unas píldoras formativas", señala. ¿El objetivo? Continuar promoviendo ese espíritu cooperativo que abandera Tribu Coworking para que cualquiera pueda conectar y crecer desde O Porriño.