Alea significa suerte, que no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables; y para las profesionales de Alea Intervención, la suerte ha sido encontrar un equipo que "comparte objetivos ilusiones y preocupaciones". De ahí la importancia de que este proyecto se encuentre basado en un modelo multi e interdisciplinar, con diferentes áreas de la salud y la educación conectadas entre sí. Pero, ¿qué es exactamente Alea? En líneas generales, Alea es un centro que pretende "dar respuesta y apoyo a las necesidades que surgen en el día a día de niños, jóvenes y adultos".
La salud, la educación y la formación son los pilares básicos sobre los que se construye este proyecto puesto en marcha en el número 5 de la Rúa Marquesa en Pontevedra. "A acollida está sendo moi boa, xa había xente que nos coñecía porque somos un equipo cunha traxectoria previa. Queríamos unir forzas traballando baixo a mesma idea e filosofía (…) Foi un proceso bastante madurado e intenso, pero moi curto no tempo porque cadrou na tempada de verán, e polo noso perfil en setembro queríamos abrir", explica Martina Ares, asesora educativa del centro pontevedrés, compuesto en su conjunto por un grupo de siete profesionales de áreas como la psicopedagogía, terapia ocupacional, neuropsicología, psicología sistémica y logopedia.
El centro y sus servicios
La cartera de servicios de Alea Intervención está destinada a mejorar el bienestar físico, psicológico y emocional de los pacientes en cualquier etapa de la vida ―desde la atención temprana a las etapas adultas―, con una serie de programas centrados en la persona y con un abordaje holístico e integral de cada problemática. "Aquí a idea clave é o equipo, o traballo en equipo, multidisciplinar", señala Martina. "Esa é a base fundamental do noso traballo: reunirnos, coñecernos, saber perfectamente cal é a función de cada unha, esa conexión entre profesionais que implica tamén o coñecemento dos casos das outras", agrega.
Por lo general los servicios del centro pontevedrés se distribuyen entre el área clínica, en la que evalúan y tratan a las personas que presentan dificultades o trastornos que pueden surgir en diferentes etapas de la vida; y educativa, desde la cual diseñan y aplican actividades dirigidas a personas con dificultades de aprendizaje que ayudan a complementar la labor de las familias y el profesorado. Después, la dinámica de cada sesión dependerá del paciente y el caso a tratar. Los niños por lo general suelen acudir a la clínica más a menudo, "de forma semanal y en sesiones no demasiado largas (de unos 45 minutos) para dar una continuidad y que no se saturen", aclara Gema Domínguez, psicóloga y coordinadora sanitaria. "No caso dos nenos, polos tempos de atención e concentración é un traballo máis basado no xogo", puntualiza Martina. Por su parte, cuando se trata de pacientes adultos los encuentros suelen espaciarse más en el tiempo (cada 15 días más o menos) y tener una duración de alrededor de una hora.
Existe asismismo una tercera vía de intervención que se centra en el área formativa y que, según explica Gema Domínguez, encargada de estos programas de formación en escuelas, se lleva a cabo través del desarrollo de "talleres enfocados en la educación emocional y la prevención de conflictos en centros educativos de secundaria y primaria", orientados tanto a profesores como alumnos de forma conjunta. "O que facemos é ver os ocos na formación. Por exemplo, estamos vendo que nas escolas infantiles hai bastante descoñecemente sobre trastornos no desarrollo sobre tema de alimentación", indica Martina. "La formación aquí en el centro la queremos orientar hacia profesionales externos a Alea, pero también entre nosotras. De hecho, Alba (terapeuta ocupacional) nos va a dar un curso próximamente sobre Alimentación de 0 a 3 años", aclara Gema sobre unos programas que el equipo espera poder retomar con Alea a partir de febrero o marzo del próximo año.
El equipo profesional
El equipo multidisciplinar de Alea está especializado en diferentes áreas que permiten ofrecer un servicio integral a cada paciente. Tal y como adelantamos unas líneas más arriba, Gema Domínguez es la psicóloga y coordinadora sanitaria del centro: "A nivel individual trabajo sobre todo con adultos y adolescentes con trastornos de ansiedad, fobias, depresión, problemas de conducta… Después mi parte también complementa un poco las demás en el tema familiar, acompañando a las familias con niños con algún tipo de problemática o dificultad". El objetivo de este tipo de terapia sistémica es identificar las fortalezas y dificultades de la gente en los distintos sistemas (ya sea social, familiar, educativo…) que permitan cambiar esas dinámicas de comunicación.
Alba Menduíña ocupa el puesto de terapeuta ocupacional, especializada en una disciplina socio-sanitaria que evalúa la capacidad de la persona para desempeñar habilidades diarias e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada. "Yo me centro mucho en el movimiento, muchas veces por problemas de coordinación, equilibrio y también de autonomía…(…) y problemas sensoriales en pacientes que les molestan los ruidos o las texturas y que muchas veces pueden ser la base de otros problemas a nivel educativo o psicológico que les están afectando y pasan desapercibidos", puntualiza Menduíña.
Más relacionado con el ámbito educativo, Laura Escudero es la psicopedagoga de Alea. Según explica la profesional, su trabajo se centra en "los procesos de aprendizaje y enseñanza, así como las dificultades que puedan surgir de ellos". En este rango de intervención psicoeducativa individualizada y adaptada entrarían trastornos como la dislexia, discaculia o TDAH entre otros. También Martina Areas, asesora educativa, cumplía está función, aunque a día de hoy su papel en Alea está más enfocado en "dar soporte, asesoramiento se o necesitan e axudar nas distintas tarefas". Asimismo, es importante destacar la figura de Beatriz Loureiro, logopeda experta en voz que colabora de forma habitual con el equipo para tratar alteraciones o dificultades en la comunicación, lenguaje, habla, audición o voz.
Del mismo modo resulta importante resaltar el papel de Loli Molina, neuropsicóloga y encargada de realizar las primeras evaluaciones de los usuarios. Este proceso se realiza mediante una serie de "pruebas específicas que suelen durar 4 o 5 días y que permiten evaluar las capacidades o dificultades que presenta el paciente". Con el informe y los resultados, desde el centro pueden poner en marcha la intervención necesaria para mejorar y potenciar el funcionamiento de la persona. Y en este punto es donde se enmarca la última pieza clave del equipo de Alea, Beatriz Vázquez, administrativa y "nexo de unión entre todas na comunicación y derivacións".