En el sur de Galicia, el sector turístico se presenta como una de las grandes bazas económicas para regiones como las Rías Baixas. Este destino de sol y playa lleva varios años consolidado como líder del turismo en la comunidad, con una ocupación que rondó el 90% de media en la pasada temporada estival y que llegó a superar todas las expectativas de afluencia turística e incluso pulverizó varios récords históricos de visitantes. Por comarcas, el porcentaje más elevado de 2022 lo alcanzó la de Vigo con un 94,1%, seguido de O Morrazo y O Salnés, también por encima del 90%.
Con todas estas variables en juego, la provincia de Pontevedra asume prácticamente el 12,6% de su PIB de este año en el resultado del turismo, cerca de un 7,6% tan sólo durante los meses de verano. En esta línea, las zonas costeras menos industrializadas se presentan como los destinos más sensibles y masificados en los meses que van de junio a septiembre, destacando casos como los de Pontevedra, Sanxenxo y los ejes O Grove-Vilagarcía, Marín-Morrazo y Nigrán-Baiona en O Val Miñor. Pero, ¿qué sucede con todos estos destinos una vez se da por finiquitada la temporada estival? Lo cierto es que los municipios más turísticos de las Rías Baixas viven una realidad paralela mucho más tranquila, ahora bien, llena de carencias: con unos meses por delante sin masificaciones de turistas, pero con las dificultades que supone encontrar un alquiler para todo el año e incluso con un número muy reducido de ofertas hosteleras y de ocio.
El apagón de media hostelería
Aquellos que tienen algún tipo de negocio turístico son conscientes que la llegada de septiembre marca el fin de la temporada estival. En los destinos turísticos de las Rías Baixas, la hostelería lidera las ventas del sector servicios durante los meses de verano, aunque este año muchos lo hayan definido como un período vacacional "atípico y muy desigual". Se trata además de un estío en el que los negocios de hostelería han tenido grandes problemas a la hora de encontrar personal con el que completar sus plantillas y de hecho, son muchos los locales que no han logrado cubrir el cupo total de profesionales que precisaban para la temporada a pesar de haber adelantado la búsqueda de esta mano de obra.
A efectos prácticos, para los negocios hosteleros de las Rías Baixas tan sólo existen dos estaciones: verano (junio, julio, agosto y en ocasiones, también septiembre) e invierno (el resto del año). Varios empresarios de la comarca do Salnés con negocios en puntos calientes como Sanxenxo, Portonovo, O Grove y Cambados coinciden en apuntar que "a la mayoría de los hosteleros les compensaría abrir únicamente los cuatro meses de verano, pero los que se mantienen lo hacen pensando también en su clientela local". Lo cierto es que son muchos los negocios de estos municipios costeros de las Rías Baixas que tan sólo abren sus puertas durante la temporada alta, dejando en muchos casos un vacío bastante notable en cuanto a las opciones de ocio y gastronomía en estos destinos turísticos. Este apagón de la hostelería provoca que sean muy pocos los establecimientos que mantienen un horario continuado durante todo el año o que abren sus puertas al menos cada fin de semana para atender a la demanda de la clientela local o de la zona. Una situación que en el caso de los empresarios se traduce en dos realidades: la de aquellos que prefieren vivir con la tranquilidad que les otorgan los beneficios de un arduo verano y la de otros pocos que tratan de superar con ingenio la estacionalización del turismo para seguir atrayendo clientes hasta sus restaurantes más allá de los duros meses del verano.
Alquileres y vivienda
A principios de 2023, la comarca do Salnés registraba cerca del 40% de viviendas turísticas de la provincia de Pontevedra, con Sanxenxo a la cabeza de los municipios de esta zona y casi la mitad de los 2.682 inmuebles existentes dedicados al alquiler vacacional. Hasta la fecha tan sólo se contaba con los datos de pernoctaciones hoteleras que facilita el INE y de ocupación del CETS. Gracias al informe Big Data emitido por Orange para la Mancomunidade do Salnés, ahora también podemos conocer el número de turistas que pernoctan en alojamientos no hoteleros, es decir, viviendas turísticas y segundas residencias. El último informe de la empresa asegura que "Sanxenxo incrementó un 5,5% el número de turistas que han pernoctado con respecto a 2022 y un 5,7% los visitantes que vienen a pasar parte del día en Sanxenxo". Todo ello sumado a las 266.876 pernoctaciones hoteleras recibidas entre los meses de junio y julio, las cuales suponen nada menos que el 34% de las pernoctaciones hoteleras de la provincia de Pontevedra y el 15% de toda Galicia. Una radiografía que se repite, en mayor o menor medida, en el grueso de municipios turísticos de las Rías Baixas, desde los ya mencionados ejes O Grove-Vilagarcía, pasando por Marín-Morrazo y Nigrán-Baiona.
Lo cierto es que Pontevedra es la provincia gallega con los alquileres más caros: el m² ronda ya los dos dígitos y se sitúa en torno a los 10 euros al mes de media. Es decir, un piso de tan sólo 70 metros cuadrados cuesta en la actualidad cerca de 700 euros en este período de tiempo. Dentro de esta métrica, Sanxenxo acapara un año más los alquileres de playa más caros de las Rías Baixas: 19,27 euros por metro cuadrado y unos precios que se mueven entre los 2.000 y los 30.000 euros en función de las comodidades y servicios (piscina, jardines ecológicos…), la cercanía a la playa, el número de habitaciones e incluso las vistas al mar. Con todo, es en A Illa da Toxa (O Grove) donde se localiza el alquiler más caro de la costa sur de Galicia, con cerca de 23,43 euros por metro cuadrado. La misma dinámica se sucede en otros municipios turísticos costeros como Nigrán, Baiona o Poio, donde la rentabilidad de este tipo de propiedades supera ya los 5.000, 6.000 o 7.000 euros por mes de media.
El aumento de este tipo de alquileres vacacionales y la rentabilidad de los mismos para sus propietarios traen consigo un panorama bastante preocupante durante, y más allá, de la temporada estival. Los datos en cuestión contrastan con testimonios de vecinos de la comarca do Salnés como el de Raquel, una joven de Sanxenxo que a finales del año pasado se embarcó en la difícil tarea de encontrar un piso o vivienda para arrendar en la localidad sanxenxina, una de las más turísticas de Galicia. Esta vecina do Salnés apunta a la problemática que existe en toda la comarca ya no sólo a la hora de encontrar un alquiler para todo el año, sino también trabajo: "es un municipio que vive mucho del turismo y aquí el turismo es estacional". Sin ir más lejos, Sanxenxo cerró el pasado mes de agosto con 466 parados, hasta 98 personas menos que el mismo mes de 2022. En ese sentido, el balance del verano deja una tasa de paro en el municipio que baja hasta el 5,80% y los afiliados a la seguridad social ascendieron hasta los 8.603 en julio.
Lo cierto es que en el momento de buscar piso, Raquel asegura haberse encontrado también con una situación cada vez más repetida en lugares como Sanxenxo, Cangas, Baiona o Nigrán: "Era casi imposible encontrar una vivienda que no estuviera como alquiler vacacional o que no ofreciera un alquiler tan sólo durante la temporada escolar", explica. "Luego ―puntualiza― el tema de los precios… no es nada barato. De hecho, podías encontrar alguna oferta para todo el año pero entonces el precio se encarecía bastante". Ese cartel virtual de "se alquila de septiembre a junio" se ha vuelto un recurrente en los anuncios de portales como Idealista o Fotocasa. Y todo ello sin tener en cuenta los tipos de inmuebles que a día de hoy copan el mercado, en la mayoría de los casos propiedades de dimensiones muy reducidas que apenas disponen de una habitación, baño y, por lo general, cocina-comedor. Es la odisea a la que se enfrentan los jóvenes que buscan independizarse en toda Galicia, pero más si cabe en estos municipios donde el turismo de verano dispara los alquileres de todo el año hasta niveles auténticamente prohibitivos.