Hace tres décadas que una isla mediterránea celebra su propia fiesta del vino albariño, muy lejos de las vides que producen esta singular uva que se convierte en la DO Rías Baixas. Bodegueros de toda la provincia de Pontevedra acuden, entusiasmados, a este encuentro cada año para demostrar que los vinos gallegos merecen ser conocidos mucho más allá de las fronteras de nuestra comunidad autónoma.
Además de la degustación de los caldos gallegos, los afortunados visitantes de este singular evento tienen la oportunidad de conocer el proceso de elaboración de los mismos, desde la recogida de la uva hasta su producción para convertirse en uno de los vinos blancos de mayor reconocimiento dentro y fuera de España. El clima atlántico es sin duda el responsable del color amarillo pajizo del albariño, así como de sus aromas frutales y florales, su frescura y su suavidad, que le confieren esa individualidad que lo hace un vino fácilmente reconocible.
Todas estas características son las que ha sabido apreciar el Náutico de Palma de Mallorca, que celebra cada mes de abril su propia Fiesta del Vino Albariño en esta isla balear. Este año han viajado al evento un total de 40 bodegas de las Rías Baixas, que han presentado al concurso de albariños que se celebra con motivo de la fiesta más de 70 referencias. García de Caamaño, de la bodega Pazo de Rubianes, ha sido el caldo ganador de este 2024, seguido de Davide Observador, de bodegas Davide de Baión (Vilanova), y Trailalá, de Adegas do Rexurdir (Barro) y Terra de Mareas, de la bodega homónima de Covas (Meaño), que comparten el tercer premio.
Además de la Fiesta del Albariño, el Náutico de Palma acoge paralelamente este año, y como novedad, unas jornadas de cocina tradicional gallega que se celebrarán los días 18, 19 y 20 de abril, dirigidas por Gabriel Bea, reconocido chef por su trayectoria en el Gran Hotel La Toja, y por el pulpeiro grovense José Manuel Rodríguez, Rodri.