Galicia es tierra de palacios, los vestigios de la antigua hidalguía que hoy en día se han transformado, la gran mayoría, en negocios de restauración o espacios donde celebrar bodas y eventos multitudinarios. En la zona de las Rías Baixas la cantidad de edificaciones de este tipo es abundante, como por ejemplo, el conocido Pazo de Cea, el Pazo de Oca o el Pazo de Fefiñáns.
Además de los pazos, que se alzaron sobre el siglo XVI, primero como estructura defensiva y luego como casa señorial, en el territorio gallego es posible encontrar hoy en día impresionantes castillos de la época medieval muy bien conservados y recuperados para otros usos. Por ejemplo, el castillo de Torre de Tebra, en el municipio de Tomiño, que se ha transformado en un hotel de lo más acogedor.
El castillo fue construido por Pedro Álvarez de Soutomaior (conocido como Pedro Madruga) en el año 1478 y tuvo una agitada historia. En 1482, los Reyes Católicos ordenaron su demolición y hasta el año 1532 no volvió a reconstruirse, a cargo de don Álvaro Suárez de Deza bajo la concesión de la reina Juana I de Castilla, también conocida como Juana la Loca.
Durante mucho tiempo, la Torre de Tebra se mantuvo cerrada, pero en el año 2018 se abrió por primera vez al público como alojamiento de turismo rural. La edificación, de planta cuadrada y estructura robusta, está catalogada como BIC (Bien de Interés Cultural) y se rodea de unos bonitos jardines con árboles frutales en los que se asienta también una pequeña capilla de piedra y una piscina con iluminación nocturna.
Habitaciones con camas para reyes
El castillo se divide en cuatro plantas y cuenta con 12 habitaciones, todas con cama king size para dormir a cuerpo de rey; de esas 12, diez son dobles, otra es una suite con conexión a la terraza principal y existe una habitación doble superior con acceso a la torre pequeña.
Las suites respetan las paredes de piedra originales de la estructura y se combinan con una decoración minimalista. Así, alojarse en Torre de Tebra es como viajar siglos atrás y disfrutar de unos momentos de descanso con la naturaleza: está rodeado por un bosque de 12 hectáreas.
El alojamiento incluye desayuno y las habitaciones disponen de baño completo privado, acceso a Internet y escritorio. Además, una de las habitaciones doble permite añadir una cama supletoria para familias que quieran experimentar una estancia digna de la realeza.
De hecho, como curiosidad, las instalaciones de Torre de Tebra acogieron la visita, en el marco de un campamento de verano del Colegio Santa María del Camino de Madrid, en el que participaban las infantas Elena y Cristina de Borbón cuando eran unas niñas.
Este impresionante alojamiento se encuentra muy cerca de localidades de gran interés turístico de las Rías Baixas como A Guarda o Baiona y está a un paso de la frontera gallega, por lo que se puede disfrutar de una excursión a orillas del río Miño o explorar villas lusas como Vila Nova de Cerveira.