Cuando tenía 25 años me dijeron una frase que cambió totalmente mi forma de vivir. Yo trabajaba como Vicepresidente de AIESEC en España. Para quien no lo conozca, AIESEC, es la mayor asociación de jóvenes líderes con estatus consultivo en las Naciones Unidas. Con el fin de vivir una experiencia internacional apliqué para la posición de Vicepresidente de esta asociación en República Dominicana. Después de salir electo y mientras ya estaba prácticamente haciendo las maletas para irme, mi jefe, el que era Presidente de AIESEC en España, me llamó para tener una reunión.
Iván, así se llamaba mi amigo y jefe, me citó para darme su opinión sobre mi nuevo reto profesional. Sus palabras fueron: "Emilio si sabes hacerlo, no lo hagas".
Tras escuchar esta frase cancelé mi viaje a República Dominicana y a pesar de la ilusión que me hacía vivir en una isla paradisiaca dimití de mi puesto de trabajo antes de empezar.
Hasta que llegó esa conversación siempre pensé que tenía que hacer aquello que tenía totalmente dominado, y resulta que no. Hacer lo que tienes totalmente dominado es apalancarse. Hacer precisamente aquellas cosas que te dan miedo se llama conquistar. Cada vez que desafiamos nuestros miedos estamos conquistando partes de nosotros mismos que desconocíamos.
Desde la infancia nos hemos acostumbrado a convivir con miedos. Darles su parcela en nuestro mundo. Enfrentarnos a ellos no es una tarea fácil, pero es el camino para dominarlos y así poder conquistar lugares de ti que desconocías.
Nuestra zona de confort es nuestro perímetro de seguridad. Abarca todo aquello que conocemos, esos ambientes de los que nos sentimos parte y en donde estamos totalmente a gusto. Y sin embargo, yo animo a la gente a que no esté simplemente a gusto sino a que se sienta plenamente realizada.
Esta zona de confort que nos protege también puede causarnos daño. Acomodarse significa no tener nuevos retos, silenciar tus ambiciones, apagar tus estímulos. Por eso es importante dar un paso hacia adelante, conocer nuevas personas, nuevos entornos, olvidarse del miedo a lo desconocido y hacer que nuestro mapa de conocimientos, emociones, experiencias se haga más grande.
Y como a veces nos olvidamos del potencial que tenemos está bien tener a alguien cerca que nos aprecia y sepa reconocer todo lo que podemos conseguir. A todos nos viene bien un Iván que nos diga: "No te conformes con hacer las cosas de forma excepcional, haz lo que amas".