La Navidad de Vigo es ilusión, es esperanza, es familia, sonrisas y celebración con mayúsculas. Pero es mucho más. En los últimos años hemos conseguido que este periodo del año -hasta entonces poco atractivo para los visitantes- se haya convertido en un potente motor económico para todo el sector turístico de nuestra ciudad. Más aún tras las enormes pérdidas que la pandemia del COVID provocó durante meses y que en algunos casos supusieron el cierre de los negocios.

En el Concello de Vigo hemos aunado esfuerzos para que la propuesta de nuestra ciudad durante las fiestas navideñas sea cada año más atractiva. Y a la vista está que lo hemos logrado. En estos momentos Vigo luce entre los destinos más visitados en estas fechas de toda España y ya son muchas las ciudades que imitan nuestro modelo.

El impacto que provoca la Navidad en Vigo es innegable. Las cifras no engañan: los hoteles alcanzan llenos impensables para estos meses, los bares y cafeterías multiplican su facturación y los comerciantes aumentan sus ventas y consiguen extender el periodo de compras navideñas varias semanas.

Es la inversión más rentable de la historia de ninguna ciudad. La fama de nuestra Navidad llena hoteles que, antes de este bum, estaban casi vacíos en noviembre y en los puentes invernales. Hemos logrado en un tiempo récord dar la vuelta a la imagen de Vigo como una ciudad para visitar solo durante el verano -gracias a las Islas Cíes, las playas y la Ría- y auparla entre los cuatro destinos de España más deseados también para las vacaciones de invierno. 

La Navidad de Vigo es segura. Hemos desarrollado un completo plan de medidas que evita las aglomeraciones. Además, los fines de semana, que es cuando recibimos al mayor número de visitantes, convertimos las calles del centro en peatonales, una forma de abrir espacios seguros para el disfrute de la iluminación.  Y, por supuesto, no nos cansamos de recomendar a la gente el uso de las mascarillas. Vigo ha afrontado con seriedad esta crisis desde sus inicios y estoy convencido de que los vigueses seguirán demostrando la misma responsabilidad y buen comportamiento que hasta ahora.

Todos necesitamos volver a ilusionarnos, reunirnos con nuestros seres queridos y sonreír a la vida. Y la Navidad de Vigo es el lugar idóneo para hacerlo. Esperamos de todo corazón que los que nos visiten disfruten de esta mágica experiencia y que, al mismo tiempo, este periodo suponga el empuje definitivo para la recuperación de nuestro sector turístico.