Aprogabe nace en plena pandemia con la necesidad de unir a todos los profesionales que intervenimos en las bodas. Somos muchos los sectores que trabajamos para que el día de la boda sea perfecto: pazos, fotógrafos, peluqueros, floristas, músicos…
Hemos conseguido muchos logros a lo largo de estos dos años y, aunque el asociacionismo está muy vinculado a los malos tiempos, desde Aprogabe queremos seguir creciendo porque sabemos que juntos podemos conseguir más que de forma individual.
Hemos desarrollado una plataforma propia basada en la colaboración, manejando los excedentes de unos para cubrir las necesidades de otros. Esta plataforma se llama C.E.C. (Captación, Excedente y Colaboración). Se trata de no estar tan vinculados a las plataformas ajenas donde las parejas nos pueden encontrar, y que entre los propios asociados podamos compartir trabajos.
Los fines de semana son limitados y muchas veces tenemos que rechazar trabajos porque tenemos las fechas ocupadas. Para esta pareja a la que tenemos que decirle que no, la asociación le es de gran ayuda, porque gracias al C.E.C., otros compañeros asociados sí que podrán atenderlos si tienen la fecha disponible. Así conseguimos ofrecer un valor añadido, facilitar la organización de la boda a nuestras parejas, dándoles confianza por el trabajo en equipo y, por supuesto, colaborar ofreciendo trabajo a nuestros compañeros de la asociación, que siempre son de confianza y grandes profesionales.
Tenemos que compartir para crecer y esto redunda en un mejor trabajo de cara al cliente.
Después de 2 años en los que la pandemia ha arrasado con nuestro trabajo, por fin vemos la luz al final del túnel. Nos encontramos en plena temporada de celebración de bodas y podemos decir, por fin, que la normalidad ha vuelto a nuestras vidas, al menos para poder celebrar uno de los días más importantes de una pareja. Al fin y al cabo, la celebración de la boda es la excusa perfecta para juntar a nuestros amigos y familiares y hacer una gran fiesta con las personas más importantes de nuestra vida.
Hemos recuperado las bodas que se celebraban por la tarde y, teniendo en cuenta que nuestro trabajo se desarrolla solamente los viernes, sábados y domingos, estamos encantados de recuperar ese 33% del trabajo que sí o sí, habíamos perdido durante la pandemia. Me refiero a las bodas que se celebraban los viernes, que siempre son de tarde y debido a las restricciones de los horarios, ninguna pareja se quería casar un viernes porque no disfrutaban de su fiesta de manera plena y con horarios normalizados, por lo que preferían no hacerla.
Mucha gente ha perdido a seres queridos durante estos dos últimos años y no nos queda otra opción que mirar hacia delante. Tenemos muchas ganas de celebrar, de compartir con nuestros seres queridos un día de fiesta y de dejar a un lado, y en el pasado, los malos momentos que nos ha dado la pandemia.
Las parejas se siguen casando, sí, siguen CELEBRANDO EL AMOR y deseamos que esto no cambie nunca.