El Gobierno socialista acaba de perpetrar un nuevo capítulo en su constante marginación a Vigo. Otra vez, y ya son demasiadas, los Presupuestos Generales del Estado se olvidan de la mayor ciudad de Galicia y del noroeste de España. Por desgracia a nadie coge ya por sorpresa el menosprecio de Pedro Sánchez, pero a la vista de los aplausos que recibe desde la Alcaldía no podemos esperarnos otra cosa.

La burla presupuestaria deja a Vigo sin partidas para reformar la Avenida de Madrid, esa actuación que Abel Caballero ha anunciado en al menos una docena de ocasiones. Allí siguen las viejas vallas esperando a que regrese a los PGE la inversión que en su día incluyó Ana Pastor y que los socialistas se encargaron de eliminar del mapa.

Tampoco hay rastro del soterramiento de la VG20 a su paso por Navia ni de la integración urbana de Teis en la AP9, ni una sola mejora para dos de las principales vías de entrada a Vigo. Por si esto fuera poco, para la nueva autovía entre Vigo y O Porriño solo figuran 1,6 millones de euros para 2023, pero no existe previsión plurianual. Es decir, ni la mínima voluntad de seguir avanzando en los siguientes ejercicios, porque lo que se recoge para el año que viene no es suficiente para licitar el proyecto y el trámite ambiental.

En materia ferroviaria la afrenta es todavía mayor. Apenas 30.000 euros para la anunciada Salida Sur, esa que según el alcalde está tan avanzada como en la parte portuguesa. ¿Pero de verdad cree que a estas alturas puede engañar a alguien? Más de lo mismo con la variante de la Alta Velocidad por Cerdedo, con 225.000 euros que suponen la paralización de la infraestructura.

Podría seguir así hasta el infinito, con olvidos muy significativos como la Biblioteca del Estado, que cuenta con los pírricos 100.000 euros de todos los años.

Y ante esta situación nos encontramos con los aplausos del alcalde, que sin ruborizarse asegura que los Presupuestos “garantizan” la Salida Sur, la autovía Vigo-Porriño y el AVE directo. Supongo que esa garantía de la que habla será para el próximo mandato, cuando el PP tome las riendas de este Gobierno central que nos margina un año sí y otro también.

Este alcalde, que se pone manso cuando acude a Madrid para reír las gracias de los ministros, es el mismo que no quiere sentarse en la misma mesa con la administración que más invierte en la ciudad. Tras años alimentando el engaño masivo a sus ciudadanos sobre un supuesto enemigo en la Xunta, no acude a la reunión con el presidente gallego. Su espantada lo deja en evidencia tras observar como su compañera de partido, la coruñesa Inés Rey, negocia y llega a acuerdos por el bien de sus ciudadanos.

Mientras, Abel Caballero bloquea la rehabilitación del Casco Vello, paraliza la puesta en marcha de la Estación de Autobuses finalizada hace cuatro meses, no firma el convenio para el instituto de Navia, no pone a disposición los terrenos para urbanizar la ETEA…

Si todo esto fuera poco, los vigueses tenemos que asistir atónitos a la concesión de la Medalla de Vigo a la que fuera presidenta de ADIF y actual secretaria de Estado de Transporte, una persona que no ha hecho absolutamente nada en favor de la ciudad. Más bien todo lo contrario, como deja en evidencia el documento de los Presupuestos Generales. Es el mejor ejemplo de las promesas vacías de Abel Caballero. Es el colofón a una burla permanente que ya es insostenible.