Cuando decidimos dar el "Sí Quiero", de repente se plantean un montón de retos, planes, ilusiones… quehaceres que ocupan una gran parte del tiempo de las parejas y, por supuesto, de sus pensamientos. ¿Por dónde empezamos? Búsqueda de proveedores, fecha, lugar, reuniones… ¡Acabamos con un máster en organización de bodas!
El día B se pone delante de nuestras narices en "cero coma". Sí, nos pasamos un año o más para la organización y de pronto te levantas un día… ¡y te casas! ¡Qué nervios!
Lo habitual es que en ese día quede reflejado todo el trabajo que la pareja ha venido desarrollando durante los meses previos y que todo salga como se espera. Lo que sí ocurre siempre, es que es un día ¡que se pasa volando! Esto es como hacer un buen cocido gallego: te echas la mañana cocinando y te lo comes en 10 minutos.
El caso es que sí, la boda se acaba, los invitados empiezan a marcharse y poco a poco la pareja va despidiendo a todos hasta quedarse solos. Voy a hacer un inciso aquí. Voy a hablaros de la noche de bodas, sí, esa noche espectacular donde la chica se pone su "salto de cama" y se dispone a tener su primera relación… bueno, ya me entendéis… ¡el primero de casados! ¡Pues no! Dejad que os diga que la noche de bodas está sobrevalorada. Lo que menos le apetece al chico es tener que coger en brazos a su ya esposa y llevarla a la habitación. Tampoco le quedan muchas fuerzas para pensar en sexo, "uff qué esfuerzo…". ¿Y a la novia? Tiene los pies reventados y un subidón por el alcohol. Se tira una hora sacándose las horquillas del moño y de repente se da cuenta de que alguien tiene que ayudarle a desabotonar la recua de botones que tiene su vestido y que recorren su espalda desde el cuello hasta la parte baja de la espina dorsal; eso sí, preciosos todos, un espectáculo. Cuando sale del baño en busca de ayuda, su querido novio, ya marido, está tirado como un trapo encima de la cama, más cansado que ella, vestido con el pantalón y la camisa de su traje, roncando como un oso después de una fiesta de miel. Solo le ha dado tiempo de quitarse los zapatos y nada más… ¿Sexo dices? Con suerte podrán tenerlo al día siguiente, siempre y cuando les deje la resaca. La noche de bodas es un mito. Y punto. La boda acaba y lo que quieres es pillar la cama para descansar toda la fatiga, los nervios y el cansancio que llevas acumulado desde ese precioso día en el que tu pareja te pidió matrimonio. El sexo es una necesidad vital, pero el descanso lo es todavía más.
Bueno, después de esta torta de realidad, todavía me queda una más. Cuando termina el día de la boda queda el viaje de novios, que generalmente se divide en una parte cultural y otra de descanso. Estos días pasan igual de rápido que el de la Boda. De repente se ven en casa en un abrir y cerrar de ojos y se preguntan: "¿Pero ya ha acabado todo? ¿Tengo que volver a mi día a día?". Pues sí queridos, la vuelta a la realidad, al trabajo, a la rutina, a los niños (si los hay)… La vuelta a nuestra antigua vida pero con un acompañante en nuestro piso, para aquellos que se van a vivir juntos por primera vez después de la Boda. ¡Esto sí que tiene mérito! Y podría contaros tanto… lo dejaré para otro artículo, que da para mucho. Desde aquí les envío a todo este tipo de parejas un ¡ole ole y ole!
Tranquiliños todos, voy a animaros un poco, cuando el día a día comienza a normalizarse y se vuelve a la rutina… voy a ponerme empalagosa y un poquito romántica (solo un poquito). Hay que luchar por conseguir nuevas metas; la planificación de la Boda no lo es todo en una pareja, hay demasiados momentos en la vida que merecen ser vividos con alegría, en compañía y con mucho, mucho amor. Mi recomendación es que, si alguno se siente vacío porque le falta ese "algo" que tenía cuando estaba en plena organización de la Boda, simplemente debe hacer pequeñas modificaciones y organizar otras cosas, desde un viaje, hasta la compra de una vivienda o la vida laboral. Lo importante es tener siempre una meta que cumplir para llegar a donde a cada uno le apetezca.
Sí, hay vida después de la Boda. Os lo dice una que lleva felizmente casada 20 años.