Si hay algo que caracteriza a las mujeres es su sensibilidad, o sea, su capacidad para sentir. Afortunadamente esta facultad no es una propiedad solo del sexo femenino, pero sí una cualidad que lo caracteriza. Imagino que os estaréis preguntando: ¿A qué viene esto?, pues a que próximamente nos enfrentamos a una nuevas elecciones en las que nos jugamos mucho. Todos estamos cansados de tantos comicios seguidos, pero este ya es el último en una temporada y merece la pena participar. Europa la sentimos lejos, pero en realidad está más cerca de nosotros de lo que creemos porque nuestros representantes europeos deciden el futuro de las normativas que afectan directamente a todos nuestros sectores, como el agroalimentario. Por eso necesitamos de mucha sensibilidad para decidir el futuro de nuestras explotaciones, en definitiva, de nuestro rural.
Necesitamos que la implantación de estas normativas relacionadas con sostenibilidad y medioambiente se haga a un ritmo moderado que permita a los ganaderos y ganaderas asumir esta responsabilidad con garantías y con compromiso.
Como decía en mi anterior artículo de opinión, como mujer rural gallega y como ganadera, nunca he sido ajena a las movilizaciones del sector de la agricultura y la ganadería en toda Europa y, especialmente, en España y en Galicia. Pero creo que ahora desde esta tribuna es mi obligación animar a todos a participar en las elecciones europeas. Es la única manera de defender lo nuestro, de construir un presente y futuro. Por un rural más igualitario, en el que la mujer tenga un papel protagonista. Así facilitaremos el relevo generacional en nuestro sector ganadero y agrícola, ofreciendo a las futuras generaciones un proyecto de vida atractivo y estable.
Independientemente de los colores políticos e ideales de cada quien, debemos ser conscientes de que en Europa se discuten todos los decretos y normas que nos afectarán no solo en el presente, sino también en el futuro. Necesitamos de estrategias a medio plazo. Debemos ser realistas y evaluar lo que es y no posible y ver cómo podemos mejorar las cosas con soluciones estructurales a largo y medio plazo en nuestras explotaciones ganaderas, donde las estructuras cooperativas tienen mucho que decir. Por eso, toca ser un poco egoístas y pensar en lo que necesita nuestro sector y Galicia, que es el lugar donde vivimos y desempeñamos nuestro trabajo.
Solo para que nos hagamos una idea de la relevancia de las elecciones europeas para todos los que vivimos del rural y lo que nos jugamos: Aplicación de la PAC 2023-2027, políticas y acuerdos comerciales, diálogo estratégico sobre la agricultura y la ganadería, bienestar animal… y muchas otras cuestiones cuyo objetivo es garantizar la sostenibilidad económica, social y medioambiental en el sector agroalimentario. Está muy bien movilizarse y manifestarse para hacer llegar a los políticos el sentir de una sociedad y de un sector del que a veces están totalmente desconectados, pero no podemos obviar que todas estas reclamaciones han sido decididas anteriormente por nuestros representantes europeos a los que nosotros hemos elegido en unos comicios como los que tendrán lugar el próximo 9 de junio.
Por eso participar en ellos es tan importante, al mismo tiempo que seguimos trabajando y formándonos para adaptarnos a los nuevos tiempos a los que nos enfrentamos en el sector agroalimentario gallego. Es necesario conjugar ese rural con la era digital. Para ello precisamos el acceso a más servicios, ente los que se encuentran la conectividad, las infraestructuras… Esto ayudará a que vivamos en un rural activo, dinámico y atractivo como proyecto de vida futuro para las nuevas generaciones.