Las nuevas restricciones de movilidad establecidas por el Gobierno vuelven a poner una piedra en el camino de los hosteleros de toda España. El toque de queda se ha impuesto en todas las comunidades como mínimo hasta el 9 de noviembre. A partir de este momento serán las propias comunidades autónomas las que tendrán la potestad de levantar dicha restricción en función de la evolución de la pandemia en su territorio.
La Hostelería de España ha iniciado una campaña apelando a la solidaridad de los ciudadanos y animando a los comensales a adelantar sus cenas a las ocho de la tarde para que a la gente le dé tiempo a cenar y poder estar en casa a las 23.00 de la noche, hora que, por el momento, se mantiene en la comunidad gallega como límite para estar en la calle sin motivo justificado. Si bien, la Xunta de Galicia cuenta con la facultad para mover una hora esta limitación de la movilidad, pudiendo adelantarla a las diez de la noche o retrasarla hasta las 00:00 horas, como es el caso de otras comunidades.
Los hosteleros gallegos han solicitado al gobierno de Feijóo que mueva esta restricción hasta las 12 de la noche, al menos en las zonas menos afectadas por la pandemia. De momento, la administración autonómica no ha aprobado esta demanda y mantiene el toque de queda de 23h a 6h fijado por el Gobierno central.
"Retrasar una hora las restricciones ayudaría a muchos establecimientos, puede ser la diferencia entre mantener abierto o tener que cerrar, y el riesgo de contagios no varía por mover una hora esta restricción. Aquí la gente no suele ir a cenar en metro o transporte público, la mayoría van en coche particular o andando así que no habría mayor riesgo de contagio", explica César Sánchez Ballesteros, presidente de la Federación Provincial de Hosteleros de Pontevedra.
Un cambio cultural exprés no apto para todos
Los hosteleros de Pontevedra no son demasiado optimistas respecto al adelanto de la hora de las cenas. Según señala el presidente de la federación provincial, adelantar el horario "para salir a tapear o a tomar una ración puede funcionar, pero en un restaurante con otro tipo de carta es muy difícil que tengan mesas a esa hora".
En España, es uno de los países del mundo en los que se come y se cena más tarde, y aunque es algo en lo que la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles lleva muchos años trabajando, se trata de un cambio cultural el que hay que hacer, y no es tan sencillo de lograr.
"Un cambio cultural de horarios no se puede hacer en dos días, no nos pueden pasar a la hostelería la patata caliente. Lo que tiene que hacer la Administración es ser sensible con el sector y con la situación. En Galicia, retrasar la restricción horaria una hora, hasta las 12 de la noche, es vital. El sector está asfixiado con todas las restricciones que hay y si esto sigue así la mayoría cerraremos en los próximos meses", asegura el propietario del restaurante Silabario, en Vigo, Alberto González Prelcic.
Marcos Fernández, de O Rei Pescador, en la Plaza de Compostela de Vigo, comparte esta misma opinión. "Si alguien quiere venir a cenar a las 20.00h nosotros vamos a estar abiertos, pero no va a ser fácil. La gente tiene unos horarios muy distintos, nosotros no tenemos horarios europeos", señala. "Va a haber muchos cierres", asegura.
"Se ha demonizado el sector"
Si en algo están de acuerdo la mayor parte de los hosteleros de toda Galicia es que el el sector está siendo la cabeza de turco de esta pandemia. "Si la información que se da es que la hostelería es peligrosa que es un lugar en el que la gente se puede contagiar va a ser imposible sobrevivir. Esto es lo que está trascendiendo desde un punto de vista mediático, cuando se sabe que la incidencia de infecciones en el sector es del 2,5%, según los estudios del Gobierno", apunta Sánchez-Ballesteros.
"Los contagios se están produciendo sobre todo en casas y en reuniones familiares, precisamente por las restricciones que hay en el sector de la hostelería. Se está demonizando el sector", subraya.
El take away tampoco es para todos
De la misma manera que adaptarse al horario europeo resulta mas sencillo para algunos establecimientos por el tipo de carta, servicio o tipología de establecimiento, lo mismo ocurre con la comida para llevar o take away.
"Por poner un ejemplo, en un restaurante Estrella Michelin que sirve 20 platos esto es imposible. Intentamos incentivar el servicio a domicilio entre nuestros asociados, hay algunas estructuras que se adaptan muy bien a esta modalidad, pero en otros no es viable. ¿Cómo llega a tu casa un pescado al horno de un restaurante de carta tradicional? Es muy complicado", destaca el presidente de la Federación de Hosteleros de Pontevedra.
Además, Sánchez-Ballesteros, asegura que las tarifas de las plataformas de transporte que hay están en un 20% del precio final del menú. "Es demasiado, la gente trabaja igual pero se queda sin margen", cuenta.