PONTEVEDRA, 6 Jun. (EUROPA PRESS) –
La Guardia Civil ha intervenido 330 kilogramos de hachís que se encontraban ocultos entre la carga legal de un camión perteneciente a una empresa de Pontevedra en el marco de la operación Maasdam-Libélula, que se ha saldado con 11 detenidos que supuestamente conformaban un grupo criminal especializado en la introducción de sustancias estupefacientes desde Marruecos hasta España y su posterior traslado a otros países europeos.
La organización se encontraba bajo investigación al menos desde mediados del año pasado, cuando se hizo la primera intervención, y la actuación ha permitido comprobar que disponía de una amplia red de empresas de transporte de mercancías en las provincias de Málaga, Pontevedra y Barcelona, así como que trasladaba el hachís oculto entre la mercancía legal. Según ha detallado la Benemérita, la operación se ha saldado con la intervención de 1.035 kilogramos de hachís, dos embarcaciones de gran potencia, varios camiones, furgonetas y vehículos de alta gama.
La investigación se inició cuando agentes del Equipo Contra el Crimen Organizado de la Unidad Central Operativa con sede en Málaga, junto con el Órgano de Coordinación de Operaciones Contra el Narcotráfico (OCON) y el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (Crain), tuvieron conocimiento de la existencia de un grupo delictivo compuesto por personas de varias nacionalidades, que podrían estar iniciando los contactos necesarios para la adquisición de notorias cantidades de hachís en Marruecos para su posterior traslado a España por diferentes vías.
A mediados del pasado año, se llevó a cabo la primera intervención contra esta organización, localizando uno de sus camiones cargado con 705 kilogramos de hachís ocultos entre una expedición de aceite de oliva con destino a Francia. En esas mismas fechas, la organización investigada sufrió varios contratiempos al perder a algunos de sus integrantes, ya que a uno de ellos se le perdió el rastro en una embarcación a 40 millas de la costa de Granada, sin que se haya vuelto a tener noticias de su paradero y otros dos perdieron la vida en un accidente aéreo en el municipio sevillano de Pedrera (Sevilla), resultando ser el piloto y copiloto del helicóptero de esta organización, encargados de introducir el hachís en la península por vía aérea.
Posteriormente, los agentes corroboraron el alcance y el potencial de este grupo criminal al localizar el lugar exacto de descarga de hachís procedente de Marruecos por esa vía, supuestamente por el helicóptero accidentado, así como el lugar de mantenimiento y repostaje de la aeronave en una zona aislada del municipio malagueño de Casares.
Como consecuencia, el grupo delictivo trasladó su centro de operaciones a Jerez de la Frontera (Cádiz), donde los investigadores, en una nueva actuación, intervinieron un camión perteneciente a una empresa de Pontevedra con 330 kilogramos de hachís, que al igual que en las actuaciones anteriores, estaban ocultos entre la carga legal.
Ya en la última fase de explotación, se procedió a la total desarticulación de la estructura delictiva del mismo, interviniéndose dos narcolanchas de 12 y 16 metros de eslora, con motores de 900 caballos de potencia y perfectamente preparadas para el transporte de fardos de hachís desde costas marroquíes, estando ambas ocultas en dos naves industriales propiedad de las empresas investigadas.
La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) y llevada a cabo por agentes del Equipo Contra el Crimen Organizado de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil con sede en Málaga, el Órgano de Coordinación Contra el Narcotráfico (OCON), el Centro Regional de Análisis e Inteligencia contra el Narcotráfico (Crain), Comandancias de Málaga, Córdoba y Salamanca.