PONTEVEDRA, 15 Nov. (EUROPA PRESS) –

La Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra ha condenado en conformidad a Pablo P.L. a un año y tres meses de prisión por arrastrar a su vecina adolescente a su casa a la fuerza y tapándole la boca.

Además de la pena de prisión, el tribunal le impone el pago de una multa de 45 días a razón de dos euros diarios e indemnizar a su víctima con 900 euros.

La sentencia condenatoria le impondrá una orden de alejamiento que implicará prohibición de aproximarse a su víctima, al lugar en el que resida, al lugar de trabajo o cualquier otro frecuentado por la misma en un radio no inferior a 100 metros, así como prohibición de comunicarse con ella, por cualquier medio, todo por un plazo de dos años.

Esta medida implicará, de facto, que deberá mudarse, pues el acusado reside en el mismo edificio y la misma planta que la menor víctima de los hechos.

Este vecino de Pontevedra ha reconocido que el 26 de febrero de 2021 intentó meter a la fuerza a una de sus vecinas, menor de edad, en su vivienda y frustró sus planes porque un familiar de la chica lo impidió.

La Fiscalía pedía inicialmente una pena mayor para el acusado. Además del delito leve de lesiones y el de detención ilegal en grado de tentativa, también atribuía al procesado un delito de amenazas.

Sin embargo, fruto del acuerdo de conformidad, retiró esta última acusación. Además, la pena se vio reducida porque le aplicó dos circunstancias atenuantes, drogadicción y reparación del daño.

Hechos

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, ese día 26 de febrero, a las cinco y media de la tarde la chica, de 16 años, regresaba a su domicilio acompañada por sus dos perros.

El relato del Ministerio Público señala que el acusado, que también reside en el mismo edificio y en la misma planta, "se acercó a ella por detrás, y tapándole la boca con una mano, la arrastró hacia su vivienda, logrando introducirla en su interior, donde la tiró al suelo".

La joven, nada más liberarse de la mano con la que el acusado le tapaba la boca, comenzó a gritar para pedir auxilio, y debido a los gritos proferidos, la pareja de su madre salió de su casa, justo en el momento en que el acusado pretendía cerrar la puerta, logrando impedírselo, al introducir el pie, sacando a la menor y a los perros de la vivienda.

La sentencia es firme, contra ella no cabe recurso, y permitirá al acusado eludir el ingreso en prisión a cambio de no delinquir durante dos años y de pagar la indemnización a la víctima.