Dos agentes de la Comisaría de Pontevedra serán juzgados el próximo martes en la sección cuarta de la Audiencia como presuntos autores de un delito de detención ilegal y otro de falsedad documental en un atestado. Por lo anterior, la Fiscalía reclama siete años de prisión y otros diez de inhabilitación para cada uno de ellos.
Los hechos se produjeron el 12 de marzo de 2022. Por aquel entonces, un individuo se presentó de madrugada, tal y como recoge Europa Press en base al escrito del Ministerio Público, en la Comisaría en cuestión para quejarse por los destrozos ocasionados en su ropa y calzado motivados de una intervención policial -éste había sido identificado, junto a otras personas, por hacer pintadas en la calle-.
Según la misma fuente, el agente que lo atendió le invitó a acudir al médico y a presentar una denuncia, pero el individuo abandonó la Comisaría "dando una fuerte patada en la puerta". El agente le siguió y "lo agarró de la ropa para volver a introducirlo en el edificio". Una vez dentro le recriminó su comportamiento y le advirtió de que él no estaba allí para "aguantar a gilipollas".
Sin embargo, el hombre volvió a mostrar la misma actitud y propinó "una fuerte patada en la puerta al salir", según relata también Europa Press, por lo que el policía y su compañero -el segundo acusado- le dieron alcance y procedieron a detenerle "sin motivo" y "fuera de los supuestos legales", según señala la Fiscalía, que apunta que los agentes actuaron a sabiendas "con infracción de los preceptos legales y constitucionales". Además, tal y como expone en su escrito el Ministerio Público, al llevarlo al calabozo, uno de los agentes le dio una bofetada y lo tiró al suelo, y luego le golpeó la cabeza, "sin que se hubiesen causado menoscabos físicos en el detenido".
Posteriormente, los agentes elaboraron el atestado de la actuación, justificando el arresto por un supuesto intento de agresión del detenido "sin ser cierto". Por todo ello y además de las citadas penas, se solicita para los investigados el pago de una multa de 5.400 euros -1.125 euros a mayores para el agente que, supuestamente, abofeteó al detenido-.