SANTIAGO DE COMPOSTELA, 10 Nov. (EUROPA PRESS) –

Falta de personal y de material, unas instalaciones que "no reúnen las mínimas condiciones" de salubridad y ancianos que padecen úlceras. Estas son algunas de las "negligencias" y las consecuencias del "total abandono" que sufre la residencia de mayores de Salvaterra do Miño (Pontevedra), según la denuncia que ha presentado la asociación Traballadores de Residencias de Galicia (Trega) ante la Inspección de la Consellería de Política Social.

Y es que este centro se encuentra intervenido por la Xunta desde el pasado 29 de octubre y, de acuerdo con los últimos datos de la Administración autonómica, el geriátrico cuenta con 95 casos de coronavirus –68 usuarios y 27 empleados– y varios fallecidos.

Estas circunstancias, tal y como avanzaron ‘Galiciapress’ y el diario ‘Nós’, han llevado a que Trega trasladase en los últimos días a Política Social un escrito acompañado por varias fotografías que reflejan las deficiencias de la residencia "tanto en instalaciones, equipamiento y material, como en materia laboral".

En la denuncia dirigida a la Secretaría Xeral Técnica y a la Dirección Xeral de Maiores e Persoas con Discapacidade –entró por el registro este lunes, 9 de noviembre–, la asociación asegura que las dependencias del centro "no reúnen las mínimas condiciones de mantenimiento ni salubridad, no ya para atender a personas mayores, sino para cualquier tipo de alojamiento".

Deficiencias que no permiten atender correctamente a los usuarios

En lo que respecta a la atención a usuarios, Trega explica que sus camas "no son clínicas" y que no pueden elevarse, algo "fundamental" para aquellos que padecen patologías respiratorias, como es el caso de la Covid-19, y para administrarles los alimentos, ya que "pueden atragantarse y sufrir una broncoaspiración grave con resultado de muerte". Esto lleva a que los empleados tengan "como única opción colocar una almohada debajo".

Asimismo, los colchones "no son viscoelásticos sino de muelles y están totalmente rotos y sucios", mientras que tampoco hay ayudas técnicas como grúas para mover a los ancianos o elevarlos para cambiarles el pañal.

Aunque a raíz de la intervención por parte de la Xunta el geriátrico sí cuenta con grúas de transferencia procedentes de un centro de Vigo, Trega afirma que su coordinadora "presiona a todo el personal para que movilicen a todos los usuarios manualmente". "Esta práctica puede provocar daños físicos, alto riesgo de caídas y sobrecargas a las trabajadora", alerta el colectivo.

Las habitaciones también tienen "deficiencias" de material y un "nulo mantenimiento". De hecho, ni siquiera tienen palos de gotero para colgar la medicación intravenosa, que tiene que colgarse "de las lámparas".

A esto se suma que los residentes "permanecen cerrados con llave en sus habitaciones", una práctica contraria a la normativa de servicios sociales. "Una residencia no es una cárcel. Aunque se debe cumplir un aislamiento (por la Covid-19), los usuarios deben tener la posibilidad de pedir ayuda si la precisan", asevera la asociación de trabajadores.

La Xunta analizará la denuncia y actuará en consecuencia

Por parte de la Consellería de Política Social, que desde finales de octubre se hace cargo del geriátrico, fuentes consultadas por Europa Press han asegurado que "analizará con detenimiento" todo lo que relata la asociación Traballadores de Residencias de Galicia.

"En caso de que se constate algún incumplimiento de la normativa, como es natural y como ocurre en todos los casos, se actuará en consecuencia", ha añadido la Administración.

No en vano, Política Social ha defendido que tras la intervención pública del centro "se reforzó de forma sustancial la plantilla de enfermería, de auxiliares de enfermería y la dotación técnica" en la medida que fuese necesario para "reforzar el servicio".