VIGO, 17 Nov. (EUROPA PRESS) –

Dos testigos del caso de la desaparición de Déborah Fernández-Cervera en Vigo en 2002 y el posterior encuentro de su cuerpo sin vida han vuelto a comparecer este martes en el juzgado ante "contradicciones" en sus primeras declaraciones.

Así lo ha explicado, en declaraciones a Europa Press, la hermana de Déborah, Rosa Fernández-Cervera, quien ha indicado que la repetición de estas comparecencias en el Juzgado de Instrucción 2 de Tui (Pontevedra) permitirá "valorar nuevas diligencias". Mientras, el abogado de la familia, Ignacio Amoedo, ha considerado que "no se aclaró nada", sino "todo lo contrario" en la sesión.

Paralelamente, Rosa Fernández-Cervera ha recordado que se han presentado varios recursos hasta llegar a la Audiencia Provincial con el objetivo de que se pida la declaración del que la familia considera "el principal sospechoso" y que fuera pareja de Debórah, así como de su entorno.

Además, ha detallado que se busca que cite como testigos a más miembros de la familia de la joven –hasta el momento han comparecido sus padres ante la jueza– y otras personas cercanas a la misma.

Mientras, ha criticado que la Fiscalía no descarte la muerte súbita como causa del fallecimiento de su hermana pese a que un informe emitido en 2010 apuntaba a que sería una posibilidad "muy remota" y a que el cuerpo de la joven apareció desnudo a unos 40 kilómetros del lugar en el que ella había desaparecido.

Asimismo, la familia de Déborah permanece a la espera de que el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) conteste a su solicitud para proceder a la exhumación del cuerpo con el objetivo de que se lleve a cabo una nueva autopsia.

Rosa Fernández-Cervera también ha apuntado que la Guardia Civil debe reconstruir un disco duro de la joven que ardió cuando se procedía a realizar un duplicado en presencia de la empresa contratada por la familia para su análisis y que también trabajó en el caso de Diana Quer, Lazarus Technology.

Déborah Fernández-Cervera desapareció en 2002, cuando tenía 21 años, tras salir a correr por la zona de Samil, en Vigo. Una semana después, su cuerpo fue encontrado desnudo en una cuneta en O Rosal, a unos 40 kilómetros de distancia.

Aunque el caso se cerró sin resolver, hace un año, en noviembre de noviembre 2019, el Juzgado de Instrucción número 2 de Tui (Pontevedra) acordó su reapertura para proceder a la práctica de nuevas actuaciones.