La señalización obligatoria con los nuevos límites de velocidad ya está colocada en las calles de Vigo, según ha avanzado esta mañana el alcalde, quien ha destacado la normalidad de la circulación en el primer día de entrada en vigor de la normativa estatal. En vías sin diferencia de altura entre calzada y acera (plataforma única) el límite es de 20km/ h; en vías de un solo carril por sentido, de 30 km/ h y, finalmente, en vías de dos o más carriles por sentido, la velocidad máxima será de 50 km/ h.

El Ayuntamiento ha realizado 108 excepciones en otras tantas calles al nuevo rango de velocidades para garantizar al máximo la seguridad, al tiempo que se aligera el tráfico, se reduce el ruido y se consigue un tráfico calmado, ha explicado Caballero.

Además de la señalización vertical en las zonas en las que es obligatorio, se va a reforzar la información a los conductores con más señales verticales y horizontales, en este caso, tan pronto como las condiciones climatológicas lo permitan.

El nuevo límite rebajará la accidentalidad en las ciudades

La subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, ha presentado hoy junto a jefa provincial de la Dirección General de Tráfico en Pontevedra, Paula Yubero, la nueva reforma legal introducida con el Real Decreto 970/2020, de 10 de noviembre, que modifica el Reglamento General de Circulación y el Reglamento General de Vehículos. El artículo 50 del mismo, que rebaja el límite de velocidad de circulación genérico en vía urbana de 50 km/ h a 30 km/ h para aquellas calles que cuentan con un solo carril por sentido de circulación, entró ayer en vigor.

Una medida, que más allá de "crear calles de vida y para la vida", tal y como ha explicado la subdelegada, permite reducir la siniestralidad vial, sobre todo en el que afecta a los colectivos más vulnerables, garantizar la fluidez de los desplazamientos realizados en las grandes avenidas de las ciudades y reducir el impacto negativo de la circulación de vehículos en la calidad del aire de las ciudades. Larriba ha destacado además que "está comprobado que la reducción de 50 km/ h a 30 km/ h permite rebajar la accidentalidad en las ciudades hasta un 40 por ciento".

La subdelegada del Gobierno ha recordado que uno de los objetivos de la norma es proteger a los usuarios de las vías, sobre todo a aquellos más vulnerables, que están más expuestos a un accidente en contornos urbanos que interurbanos.

"Una medida, en definitiva, que permite crear ciudades más humanas y amables y que se apoya en la Agenda 2030 y en la recomendación de la limitación de la velocidad urbana a 30 km/ h establecida por la Declaración de Estocolmo de Febrero de 2020″, explicó la subdelegada.